Relatos de una adolescente.

Miedo.

¿Sabes qué me pasa? ¿Quieres saber porque últimamente estoy tan putamente borde? ¿Por qué últimamente no paro de llorar por la más mínima tontería? ¿Por qué soy tan sumamente gilipollas?

Me da miedo que me dejes, que un día despierte y todo haya cambiado, que tu amor haya cambiado, que quieras acabar con todo y no vuelva a verte de la misma manera a como ahora te veo. Bueno, que seas tú quien no me vea igual.

Te veo como alguien especial, como el único chico entre tantos que hay. Que sí, los hay mejores, más guapos, más divertidos, con mis mismos gustos y 40.000 veces más maduros que tú.

¿Sabes qué es lo mejor de todo? que me da igual. Todos ellos me dan igual porque mi única prioridad eres tú. Esta frase te la habré dicho 1000 veces, pero ¿y qué? siempre te elegiré entre millones de personas. Eres mi luz, mi guía, el causante de mis sonrisas al igual que el de mis lágrimas.

La de veces que te tendré que explicar que yo no siento celos, sino miedo a perderte. Miedo que aparezca una chica mejor que yo y te cautive. No. Pienso eso y no puedo evitar llorar, teniendo en cuenta que eres lo mejor de mi vida y el mero hecho de perderte me destroza por dentro.

Miedo a hacer alguna tontería y cagarla (como siempre), a que te canses de mis enfados, de mis días malos o de mis bromas. A que simplemente te canses de mi.

Jamás he sentido esto por nadie. Es la primera vez que me enamoro así. Quizás debas sentirte orgulloso de ello: enamoraste a la chica fría, a la heavy que pensaba que el amor era una grandísima mierda y que todo acaba tarde o temprano.

Y ahora, aquí estoy, amándote más que nunca.