Nuestros autores se reúnen nuevamente en: "Érase una vez una estrella". Un conjunto de relatos perfectos para leer en cualquier época del año.
Toma asiento, busca un lugar cómodo y disfruta de historias que te cautivarán de principio a fin.
Este es un relato de "Perdóname, amiga". Encuentras el enlace a la historia en el vínculo externo.
¡Hola! Soy Finnale2412 o Cecy. Me gusta escribir historias de Romance, Juvenil y New Adult principalmente. También me encanta representar a los personajes e historias que escribo a través del dibujo. Otros pasatiempos que tengo son visitar nuevos lugares, tomar fotografías de paisajes y ver películas, series y streamers en Twitch.
Nota: Se recomienda haber leído los primeros capítulos de la novela Perdóname, amiga.
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Martes. 15 de febrero de 2000
Quizás uno de los gustos que no suelo contar es lo mucho que adoro el chocolate y una de las ventajas de mi cumpleaños y de San Valentín es que al siguiente día los dulces suelen estar más baratos, ya que se quieren deshacer de ellos lo más pronto posible. A nadie le gustaría comprar uno que se hizo el año pasado. Por eso, en cuanto acabaron las clases y las actividades del Club de Fotografía, me fui al centro a perder tiempo por todas las tiendas de liquidación de estas cosas.
Me gustaría contarles que hoy es mi cumpleaños, pero no. Ni tampoco fue el 14, eso solo sería el colmo para mi situación actual. No. Mi cumpleaños fue el 13 de febrero, domingo. Aunque mis padres me cocinaron un pastel y me regalaron una cámara Polaroid, la verdad es que me hubiera gustado pasar ese día junto a la persona que me gusta.
Nora Sanders, mi amiga.
Sin embargo, su madre y ella viajaron a visitar a una pariente desde el viernes y no volverán hasta el jueves por la tarde.
Quisiera haber recibido una llamada ese día, pero Nora no se ha contactado conmigo o me dijo algo antes de irse. A lo mejor es porque no tiene forma de llamarme y no porque se le olvidó. Bueno, no la culparía si así pasó. Después de todo, creo que solo hemos mencionado una vez nuestro cumpleaños y en una conversación tan casual y mundana.
Es extraño como describir lo que siento cada vez que cumplo años. Es como si siempre esperara algo grande y memorable, pero nunca llega. Me avergüenza decirle a la gente esto.
Mientras miro las golosinas de la tienda, me encuentro con una barra de chocolate con nuez y no puedo evitar recordar la inmensa caja que Saiko me regaló el año pasado por San Valentín. Hablando de ella, por mi cumpleaños anterior me llevó al centro comercial. Fue complicado para ella hacerme comprar ropa de tonos más coloridos que el negro, verde militar y rojo o algo que no sean solo botas.
Aunque me divertí en parte, nunca me han agradado los sitios con mucha gente. Tampoco me gustó que ella insistiera tanto en que fuéramos, pero tampoco quería decirle algo, ya que se veía llena de ilusión por llevarme. Solo me resigné y disfruté lo más posible.
