Seis años atrás...
Allison
El destello de relámpagos azules y blancos iluminan la fría habitación mientras gotas de lluvia golpean la ventana furiosamente. Mis ojos permanecen atentos en la tormenta que no se ha calmado en días.
Ciento veinte días...
Conté cada segundo y cada minuto desde que él se ha ido y ha destrozado mi corazón. Todavía tengo grabada nuestra última conversación que se reproduce en mi cabeza como una vieja película con final desgarradora.
Mi alma rota llora y sangra por él.
Pasaron cuatro meses, pero se siente como una eternidad llena de sufrimiento. Aún lo llamo por las noches y despierto llorando cuando no lo encuentro a mi lado. He sido cortada en pedazos y abandonada en un mundo donde no existe Ronan Dumont. Intento convencerme de que cumplirá su promesa y volverá tarde o temprano, pero me cuesta acostumbrarme y lo echo de menos. Quiero regresar al pasado y retenerlo. Quiero gritarle que no me importa mi libertad si él no está a mi lado.
Quiero gritarle tantas cosas...
La ira ardiente eleva mi pecho y respiro con dificultad. Todavía es crudo y emocional, incluso ahora, ciento veinte días después, duele como si fuera la primera vez. Sé que lo hizo por mi bien, pero siente como una traición. ¿Cuándo dejaré de sentirme así? Sigo esperando un milagro, rezando a los dioses para que él entre por la puerta y me diga que todo ha terminado y seremos felices juntos.
Lo necesito tan desesperadamente.
Pongo mi palma contra la ventana mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas. Me dejaste destruida, cariño. ¿Valió la pena? Estoy rota y sin ti nunca volveré a ser la misma. Te llevaste mi corazón esa noche y he muerto mil veces.
Tenía planeada una vida entera a su lado. Era mi roca y mi complemento perfecto. Pensé que nadie podría separarnos. Asumí que estaríamos juntos para siempre y entonces una realidad amarga me arrebató todo. Solo que me niego a aceptarlo. Cuando estás muy segura de algo no hay nada que pueda cambiarlo excepto la muerte. Y Ronan no está muerto.
Sigue vivo y debo encontrarlo. Pronto volveré a estar en sus brazos y mi vida tendrá sentido nuevamente. Tiene que tenerlo o no quedará nada de mí. Las últimas piezas que albergan en mi alma van a desintegrarse y no podré repararlo. Nunca.
No hay retorno después de su partida. Estoy atrapada en un laberinto y necesito encontrar una salida. Serán tiempos difíciles y no lograré adaptarme pronto. Mamá me ha dicho que Ronan me dio una nueva oportunidad para vivir sin Catalina. ¿Cómo podría cuando todo lo que quiero es morirme sin él?
Lo intentaré, cariño.
Juro que lo intentaré...
Escribo las siguientes líneas en mi cuaderno y gotas de lágrimas salpican las páginas. ¿Y si volvemos al día dónde nos vimos por primera vez? Tú envuelto en un hermoso esmoquin y yo con mi vestido verde. Tan nerviosa por dentro, pero indiferente por fuera. Te hice creer que no me afectabas, pero no podía respirar cuando estabas cerca. Incluso ahora con tu ausencia no lo consigo, cariño.
Lo único que podría sanar este dolor dentro de mí es una sonrisa o un beso tuyo. ¿Me extrañas? ¿Y si salgo ahora sucederá el reencuentro tan esperado? ¿No podemos saltarnos el sufrimiento de nuestra historia y solo disfrutar la famosa frase felices para siempre?
No soy capaz de terminar las últimas oraciones así que me derrumbo con sollozos y abrazo el cuaderno contra mi pecho. La tormenta es imparable, truenos impactan cerca de mi ventana y opacan el sonido de mi llanto. Cuando el aire no llega a mis pulmones siento como colapso y mis rodillas golpean el suelo. Alguien llega a tiempo para atraparme en sus brazos y acuna mi cuerpo contra el suyo, permitiéndome llorar y sacar todo este dolor que me despedaza pieza por pieza.
