Capítulo 26

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Tienen que ver lo que subió Leticia a ig

Pero YAA!

El bobo de Éber

Ese fue el mensaje que me dio la bienvenida, apenas desbloqueé la pantalla del móvil al recostarme en el colchón de mi cama.

Qué carajos???

Esto cada vez está peor

Abril

Fueron los mensajes que siguieron en el chat grupal que tenemos Abril, Éber y yo, con una sucesión de emojis pensativos y angustiados.

Hace unos cuantos minutos volví a casa, comí algo y no tardé en subir a mi habitación; lo que no imaginé fue encontrarme con todos estos mensajes, que, es de decir, no entiendo para nada.

La curiosidad termina por ganarme, así que me incorporo en el respaldo de mi cama, salgo del WhatsApp y paso directamente a Instagram, casi en automático. Mis dedos se deslizan por la interfaz de dicha aplicación. Sin detenerme a ver nada más, busco el nombre de Leticia y abro su cuenta. Mis ojos son los primeros en hundirse en su última publicación, luego mi dedo la pincha, haciendo que las fotos ocupen todo el espacio de la pantalla.

Las imágenes son claras, detalladas y de cierta forma...perturbadoras. Hay dos cartas abiertas, una al lado de la otra, sobre lo que parece ser una superficie de madera —cartas que con solo ser absorbidas por mi vista me ponen los pelos de punta —. Acerco el teléfono hacia mi rostro y al mirar al fondo advierto que hay un sobre de color rojo y un peón dibujado en su frente.

En busca de respuesta bajo mi mirada hasta la descripción de la publicación y en su mensaje solo añade más interrogantes:

"La gente cada vez está más putamente loca. Dejen de mandar cartas a mi puta casa, locox de mierda".

Un escalofrío casi mortal me recorre la espina dorsal a medida que me meto más en el post. Las cartas de las fotos hablan del ajedrez, en más concreto en la pieza del peón y como Leticia también es parte de todo esto. Su carta no dice lo mismo que la mía, la de ella describe su vida y como le da la bienvenida a este... juego, sin embargo, la segunda carta, es una advertencia directa de lo que debe hacer si desea seguir en la partida: decir la verdad. Entre tantas palabras, especifica que para evitar ser comida por su oponente deberá decir una verdad que solo ella conoce y que lleva guardando por mucho tiempo, si no lo hace deberá abstenerse de las consecuencias, pero, ¿qué consecuencias?

A mi mente llega de inmediato el sobre del mismo color y con el mismo dibujo que recibí yo. Dicho sobre, sin remitente, está guardado dentro del libro de matemáticas que reposa encima de la mesa de mi escritorio, no lo había querido volver a ver hasta ahora.

Conteniendo apenas la respiración, bajo el celular, lo dejo a un lado y pongo los pies fuera de la cama, con pasos muy lentos me acerco al escritorio, siento como las manos me flaquean un poco antes de coger el libro y abrirlo justo donde se encuentra la carta. Tan pronto la carta queda expuesta ante mí, una sensación gélida se desliza por toda mi piel.

Es el mismo sobre de las fotos que ha posteado Leticia, el mismo color, el mismo dibujo, y corroborar esto me paraliza de miedo.

Mi corazón palpita con fuerza, el pánico se apodera de cada fibra de mi ser. Y entonces, reflexiono para mis adentros:

«¿Qué conexión hay entre todos los que estamos recibiendo estas cartas?

¿Vamos a estar bien?

No acercarse a DarekWhere stories live. Discover now