Capítulo II: Futuro

13 2 0
                                    

Denver, South Park

24 de agosto del 2004

En el siglo VIII, se produjo un evento extraordinario que sacudió a una pequeña comunidad indígena. Este caso, atribuido a sus dioses, no trascendió más allá de ese pueblo y, con el tiempo, los registros de aquel suceso se perdieron. Siglos después, en el año 1503, se reportaron tres casos similares cerca del Golfo de Guinea. Sin embargo, en lugar de atribuirlos a un milagro divino, fueron considerados como obras del diablo. Los pueblos donde se hallaron estos casos fueron arrasados, junto con sus habitantes, debido a la creencia de que estaban malditos. Solo uno de los casos sobrevivió, optando por ocultar su "defecto" y seguir adelante con su vida.

Luego, en 1889, de manera casi irónica, aparecieron más de veinte casos en la República Checa, finalmente revelando estos sucesos al mundo. El útero masculino, como se denomina a este fenómeno en el que algunos hombres desarrollan la capacidad de concebir hijos. Aunque en la actualidad esto dejó de ser extraño, la mayoría de la gente no puede evitar sorprenderse al verlo. Por eso, ahora todo South Park tiene los ojos puestos sobre tres adolescentes, los primeros tres casos de útero masculino en este recóndito pueblo.

-¿Tengo la cara pintada? ¿Por qué me miran tanto? -preguntó Kyle con molestia a un grupo de adolescentes. No recibió respuesta, ya que, al notar su expresión, se alejaron rápidamente.

-¿Por qué tan gruñón, judío? -bromeó Cartman, sin dejar de comer su hamburguesa.

-Basta, Cartman -intervino Stan antes de que Kyle pudiera responder-. No lo molestes, sobre todo ahora que parece que todo el pueblo lo está observando.

-Juro que voy a matar a quien sea que haya filtrado los resultados -exclamó Kyle con molestia mientras tomaba un sorbo de su jugo-. Pero dejando ese tema de lado, ¿para qué nos llamó Kenny?

-Ni idea, pero ya debe estar llegando -respondió Stan, masticando su hamburguesa.

-Solo espero que se apure, me molesta que me miren tanto.

-Tranquilo, judío, el pobre ya llego -respondió tranquilamente mientras observaba a Kenny entrar y acercarse a ellos-. Mira, ahí está.

Todos voltearon hacia la puerta, solo para encontrarse a un chico con una enorme sonrisa.

-Gracias por esperarme, estoy seguro de que se estaban muriendo sin mí -bromeó Kenny antes de sentarse al lado de Cartman y robar un par de papas del plato de Stan.

-Realmente no -respondió Kyle sin tapujos-. Lo único que quiero saber es por qué nos citaste aquí.

-Qué amoroso -respondió Kenny con sarcasmo antes de llenarse la boca con otro par de papas-. Bueno, como sabrán, en seis días regresamos al colegio.

-Y eso qué tiene que ver con citarnos hoy -preguntó Stan con confusión.

-Pues estaba pensando en que podríamos salir pasado mañana antes de ingresar a la preparatoria, dijo Kenny sin dejar de comer las papas-. Después de todo, este año será nuestro último año antes de irnos a la universidad. Tal vez sea nuestra única oportunidad de salir todos juntos.

El ambiente se volvió denso, cada uno decidió desviar la mirada, incómodo. El grupo sabía perfectamente que este año podría ser el último que pasarían juntos, pues cada uno tenía diferentes metas y sueños. Un silencio pesado se cernía sobre ellos, lleno de la dolorosa realidad de su inminente separación. Sin embargo, la tristeza no tardó en ceder ante la risa despreocupada de Kenny, que como un rayo de sol atravesando las nubes, disipó la bruma de sus amigos.

-A mí me parece bien, no tengo nada que hacer después de todo -respondió Kyle, rompiendo el silencio cargado de pesar.

-Igual -dijo Stan, en sintonía con Kyle.

Odio a Papá (Bunny/Style)Where stories live. Discover now