Capítulo XVII

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Capítulo XVII: Out Of The Woods.

Su madre estuvo dos días inconsciente y para cuando despertó, el permiso de los trillizos para permanecer fuera de Zilhardt ya había expirado, por lo que debieron regresar a la escuela antes de poder hablar con su madre

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Su madre estuvo dos días inconsciente y para cuando despertó, el permiso de los trillizos para permanecer fuera de Zilhardt ya había expirado, por lo que debieron regresar a la escuela antes de poder hablar con su madre.

Lo importante era que estaba bien, sana y salva en su habitación de hospital, siendo custodiada por su padre, Lauren y Ela, quienes tomaban relevos para no descuidar sus propios deberes. Con esa tranquilidad, Lena, Aris y Sara pudieron regresar al instituto.

Pero volver no fue sencillo, la desazón por no haber podido ver a su madre despierta todavía, hablándoles o sonriéndoles no dejaba de estar. Todo el mundo tenía los ojos puestos en ellos, así como su preocupación y curiosidad. De alguna manera el rumor de que la madre de los Gray, la gloriosa Tania Cabrini, había sido víctima de secuestro y tortura por un grupo de rebeldes, se había esparcido muy rápido por el campus y todos querían saber por qué, cómo, cuándo y dónde exactamente había sucedido.

Sara agradecía su hipócrita preocupación, al igual que Aris, pero Lena ya había perdido la paciencia y al próximo que se acercara a decirle que sentía lo que le había sucedido a su madre, que le contara más, iba a estamparle una trompada. No estaba dispuesta a lidiar con eso un domingo por la noche justo antes de la cena. Si había algo que Lena odiaba era la gente chismosa, que para rematar resultaban ser unos insensibles de mierda.

Aquella noche, Helena no durmió. Se pasó toda la velada enfrascada en la realización de los deberes que tenía pendientes para aquella misma semana. No supo cómo, pero acabó a tiempo los ejercicios de matemáticas, dos ensayos que tenía que entregar para su clase de estudios Winnex y para estudio de los Acuerdos. No tenía demasiados pendientes, puesto que era un poquito intensa con las tareas, pero igual se sintió realizada cuando la alarma despertador sonó y ella terminaba de leer el capítulo correspondiente a la clase de especies de aquella semana.

Estaba algo neurótica, sí. Pero si había cosas que ella no podía manejar, como el afán porque su madre despertara, iba a tratar de controlar todos aquellos aspectos de su vida que pudiera. Y siempre era lo más disciplinada y responsable posible. No podía perder eso también.

El lunes empezó con pie derecho. Luego del desayuno, los trillizos fueron notificados de que su madre había despertado durante la madrugada y les concedieron un permiso especial para llamarla al hospital y poder hablar con ella.

Claramente el que los apellidos Gray y Cabrini, dos familias que formaban parte de la aristocracia de la nación, estuvieran involucrados no tenía nada que ver con la particularidad de ese beneficio. Por supuesto que no.

De cualquier manera ninguno de ellos se iba a quejar, porque pudieron hablar con su preciosa madre, quien no dejó de decirles que estaba bien y que los amaba muchísimo. La llamada fue en realidad muy breve y luego de la emoción y todos los cumplidos, Tania le dijo a Lena que apenas tuvieran la posibilidad, debían hablar.

La Niña de las Pesadillas.Where stories live. Discover now