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--BECKY--

Me encontraba recostada junto a Alex en el enorme sofá de la sala, mirando una película después de haber pasado toda la mañana fuera. Hoy estábamos celebrando un mes desde que iniciamos nuestra relación. Con Alexandra, todo parecía más fácil: las conversaciones, las bromas, las lágrimas e incluso los celos sin sentido. Cada gesto de cariño estaba dejando un lugar significativo en mi corazón.

"Cariño" - Alexandra había estado llamándome así desde hace una semana. Al principio, fue un poco extraño, pero ahora me gustaba. Puso pausa a la película y se levantó del sofá, y yo la miré.

"¿Sucede algo? ¿No te gusta la película? Podemos cambiarla" - le pregunté.

"Solo espera un momento aquí, enseguida regreso" - respondió antes de retirarse hacia su habitación. Me quedé sentada en el sofá jugando con el móvil, esperando a que regresara.

Alexandra regresó y levanté la mirada. Se notaba un ligero nerviosismo en ella. Se sentó a mi lado y tomó mis manos con delicadeza.

"Cariño... eres maravillosa. Desde el día en que me aceptaste como tu novia, he buscado la manera de demostrarte cuánto me encantas y cuánto me gustas. Así que..." - comenzó a decir Alexandra mientras metía la mano en el bolsillo de su pantalón. Sacó una pequeña caja elegante y delicada, y la abrió mostrando un anillo en oro blanco con una hermosa piedra rodeada de un halo de diamantes brillantes.


"Pero... Alex..." -  intenté decir, sorprendida por el gesto.

"No, no Beck, no es un anillo de compromiso. Es un anillo de promesa de todo el amor que siento por ti" - dijo rápidamente al ver mi cara sorprendida.

"Es demasiado lindo..." -  susurré mientras Alexandra quitaba el anillo del estuche y tomaba mi mano con delicadeza para colocarlo en mi dedo.

Me quedé contemplando el anillo. Era realmente hermoso y perfecto. Los recuerdos comenzaron a inundar mi mente, trayendo nuevamente a Freen, su sonrisa, su forma de besarme. No podía dejar atrás eso y concentrarme en esta nueva relación. Pero sonreí nuevamente y jale a Alexandra para que quedara sobre mí en aquel sofá.

"Gracias, cariño" - susurré atrapando sus labios entre los míos.

Mis labios se movían suavemente sobre los suyos. Introduje lentamente mi lengua y cuando nuestras lenguas hicieron contacto, mi pulso se aceleró. Introduje ambas manos debajo de su blusa y un jadeo escapó de sus labios. Ella se separó lentamente de mis labios y ladeé ligeramente la cabeza. Nuevamente se acercó, depositando un beso en mis labios y siguiendo el contorno de mi mejilla hasta llegar a mi cuello.

Su aliento cálido golpeó mi piel mientras comenzaba a besar, lamer y morder mi cuello. Sus suspiros salían de sus labios, y yo mantenía mis ojos cerrados, dejándome envolver por todas las sensaciones que Alexandra me estaba dando. Levanté su blusa, quería quitársela y sentir su piel más cerca de la mía. Se detuvo por un momento, dándome acceso para hacerlo. Me jalo un poco, quitándome completamente mi blusa. Luego, se volvió a posicionar encima de mí, acomodándose entre mis piernas. En el momento en que nuestros cuerpos hicieron contacto, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ella jadeó, mientras yo gemía ligeramente.

Sus labios comenzaron a besar mi hombro, bajando poco a poco y dejando un camino de besos húmedos. Cuando llegó a mis senos, los besó por encima del sostén, lo que me hizo gemir. Mi mano se posicionó en su nuca, empujándola más e incitándola a que no parara. Mi humedad se estaba formando, lo que me hizo desearla aún más.

El Lazo Que Nunca Se RompioNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ