Capítulo III: Evasión

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"Algún día te tragarás tus palabras"

•••

Vivir en una pastelería iba a acabar con los buenos hábitos alimenticios de Blake.

Los pasteles, tartas, galletas y demás amasijos que provenían de la creativa cabeza de Nara eran algo completamente irresistible.

Blake mentiría si dijera que no le daba curiosidad ver cómo tales obras de arte eran hechas, pero le gustaba más comerlas que la idea de hacerlas, no le gustaba perder su tiempo innecesariamente.

Aquella mañana, el pelinegro tenía solo una cosa en la mente: deshacerse de Devon... y tal vez comerse alguna tartaleta antes de salir.

Salió temprano del apartamento que compartía con su tía y bajó los tres pisos rápidamente.

Al llegar al último, antes de salir a la calle, Nara le dijo:

"Hey, sobrino, ¿Por qué no vienes a la cocina? Vamos a hacer galletas."

"Quizás otro día, tía, debo ir a hacer algo con urgencia."

Y con esto salió, sin antes robarse una tartaleta de las que aún no estaban en la vitrina.

"¿Cuál es esa urgencia que tienes?" Lo interrogó Devon. "¿A dónde vamos?"

Blake suspiró y lo ignoró. Caminó por las calles durante un tiempo, buscando sin cesar, cualquier tipo de lugar que pareciera místico. Desde personas que leyeran el tarot hasta alguien que fuera espiritista.

En una calle de la ciudad, luego de llevar caminando ya un buen rato, encontró reunidos varios locales con estas características.

"¿Qué se supone que haremos, Blake?" preguntaba Devon, sin recibir respuesta. "Oh, ¿Ahora me estás aplicando la ley del hielo?" Blake caminaba decidido hacia el primer local. "Blake, intenta lo que quieras, no te vas a deshacer de mí. Pero adelante, pierde tu tiempo."

Y era cierto. Tienda tras tienda Blake no encontraba más que charlatanes que le querían leer el futuro y le prometían riqueza y fortuna.

Incluso dejó que una mujer le leyera las cartas, en las cuales le decía que se venían años muy difíciles para Blake.

Algo que realmente no le daba importancia.

"Nadie sabe como despegar un parásito." concluyó el pelinegro luego de su travesía.

"¿Ya por fin vas a ceder?" añadió Devon. "Ni siquiera pudieron sentir mi presencia, es inútil."

Blake se sentó en el borde del andén de aquella cuadra y se tapó un segundo la cara.

Se resistía a tener que cumplir con lo que le pedía Devon.

Él había venido a Inglaterra a olvidarse de todo, y aquella niña lo único que hacía era... Recordarle a Blue.

Sólo quería distracción. Solo quería seguir jugando con las personas y no tomarse nada demasiado en serio.

¿Qué iba a...?

Una idea cruzó su cabeza, como siempre lo hacían cuando las necesitaba.

Se destapó el rostro.

"Ya sé cómo ayudarte." dijo. Devon lo miró con confusión por su nueva cooperación, que ahora sí parecía honesta.

Blake volvió a la pastelería, que para este punto ya estaba nuevamente llena de deliciosos postres.

Nara estaba atendiendo la caja, este se acercó a ella por detrás del mostrador y le dijo:

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⏰ Dernière mise à jour : Apr 30 ⏰

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Pétalos Blancos [El destino es casi tan cruel como nosotros]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant