Capítulo 2 - Una Canción

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Había un sentimiento extraño rondando en el cuerpo de Rosé. Se sentía agitada y no podía reprimirlo de ninguna manera. Se había ido a dormir y de resultado tuvo insomnio. Al otro día desayuno y su estómago se sentía raro. Además, no necesitaba tocar el piano para sentir los latidos de su corazón.

Justamente, su hermano estaba por entrar a su casa y ella alzó su vista. La saludo con un par de caricias en el cabello y se sentó a su lado hablando de algo que le había pasado en el trabajo, así que espero que terminara para hablar con el.

-Minssi.-lo llamó y el giró con una sonrisa- Me siento rara.

Inmediatamente el puso una mueca de confusión.

-¿Por qué? ¿Te pasó algo?-ella iba a negar y luego lo pensó mejor- ¿Rosie?

Suspiró.

-Iba a ensayar y había una chica practicando-dejó salir y Jimin reprimió una sonrisa-. Creo que era muy buena porque no dejo de pensar en ella, y creo que me siento nerviosa.-le tendió sus manos, cuando el las tocó, estaban algo sudadas.

-Ummm la veo, ¿hablaste con ella?

Rosé asintió.

-Hablamos un rato, se llama Jisoo. Va a audicionar para Hamilton en unos... seis meses y me pidió ayuda para practicar, y yo le pedí ayudar para el proyecto del semestre.

Jimin no quería decir lo que estaba pasando porque tenía el presentimiento que su hermana empezaría a evitar a la chica y a tener ataques de nervios, así que no. No hablaría de lo evidente.

-¿Como es Jisoo? ¿Es talentosa, es linda?

Tan rápido como dijo eso las mejillas de Rosé se tornaron en un rosa fuerte, y asintió. Para ella reconocerlo ya era demasiado.

-Pueden ensayar aquí, saber que igual no hay nadie nunca.-Rosé sonrió un poco.

-Esta bien, puedo decirle eso.-Jimin sonrió- Cuando la conozcas vas a entender por qué me siento rara con ella. Jisoo... ella es diferente.

...

Llevaba al menos veinte minutos viéndose en el espejo. Era otro de esos días donde era obligada a ir a una cita a ciegas que su madre había preparado para ella. Días en los que se sentía como una muñeca a la cual vestían y le daban un motivo de juego. Hoy debe ser la Kim perfecta. Al menos a los ojos del chico que tendria frente a ella en un rato.

-¡Ya llegaron por usted!-avisó una ama de llaves.

-En un momento voy.-dijo con más calma palmeando su rostro.

Se había quedado hasta tarde viendo videos de baile y practicando actuación, se sentía hinchada.

Bajó de su habitación y fue hasta su madre, ella se veía tan... artificial. Siempre le había parecido como un robot, un cyborg o algo así. Su cabello perfecto, su ropa tan pulcramente estilizada y su mirada afilada. Esa última era uno de los motivos del insomnio de Jisoo, no podía dejar de ver esa mirada transformarse en odio cada vez que se imaginaba sus posibles escenarios.

-Estas bien.-dijo, y Jisoo hizo una reverencia antes de salir.

El sol golpeó en sus ojos tan pronto salió de su casa, vio una camioneta negra con una figura masculina frente a su jardín, así que fue por ello.

Suspiró, solo era otro más en la lista de sus padres. No esperaba demasiado.

El chico se percató que Jisoo se acercaba y se bajó del auto para abrirle la puerta.

-Hola.

-Hola.-respondió ella.

Bien, el se veía algo incómodo y nervioso. Pero estaba haciendo el esfuerzo.

Clair de Lune | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora