Capitulo 5

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Pastillas.

-entonces ya tenemos a uno de lo Ignotos -aclare después de la conversación, Hotch asintió paciente- ¿que haremos ahora? No tengo información y necesitó información para poder... -una punzada de dolor me hizo cerrar los ojos, odiaba esta maldicion, una vez los abrí cuando logre controlarme Spencer y los demás me veían preocupados, yo sonrei mostrándome tranquila aunque no lo esta, levante las manos en señal de paz- estoy bien, sólo son problemas con el estrés -aunque no era nada como eso, si era cierto que podía llegar a estresarme bastante y dolerme la cabeza por eso pero no se le comparaba al dolor que sentía cuando... Mi cabeza se desordenaba, con cuidado saque unas pastillas de un contenedor transparente que solía llevar en mi bolsillo y me trague dos ya acostumbrada a eso-

-¿que son? -preguntó Spencer y por alguna razón me molesto su pregunta-

-tal vez debas dejar de ser tan curioso y no meterte en los asuntos de los demás ¿no crees? -el bajo la vista intimidado y de inmediato me sentí mal por lo que había echó y suspire- oye... Perdón, es sólo...-

-¿el estrés, no? -al parecer había logrado herirlo y se levantó rápido saliendo de la sala-

Al salir Spencer todos me miraron, nunca en mi vida me había sentido tan juzgada, sí me ponía de mal humor y no media mis palabras cuando mi trastorno de orden asociativo se salía de control y por eso tenía las pastillas, para controlarme y no terminar como mi abuela... Suicidándose después de limpiar la casa y dejando todo en orden perfecto, pero no era mi culpa que tardará un poco en hacer efecto.

-juró que me arrepiento -declare algo dramática pero no estaba de ánimos, me había comportado como las zorras rubias que tanto odiaba- de verdad, puedo ser mala aveces pero yo no quería tratarlo así, de verdad me agrada...-

-¿y por qué no vas a hablar con el? -sugirió JJ y yo la mire con horror- ¿qué? ¿Le tienes miedo a Spencer?-

-Nooooo solamente... No soy buena con sentimientos y siendo de las que piden disculpas bajo la lluvia, ya sabes, no soy buen siendo... tierna -se me ocurrió una gran idea- ¡ya se! No me necesitan, los veo en un rato, deseenme suerte porque algo me dice que tendré que actuar como una chica salida de mujersitas-

Rossi y Gideon me miraron divertidos mientras que el resto extrañados, solía tener ese efecto en las personas, me despedí de ellos antes de salir prácticamente corriendo de la sala.

Puede que no fuera buena con los sentimientos y dando a entenderlos pero... si que era buena con los detalles y las palabras, había visto una cafetería en la esquina de la calle y prácticamente corrí a el y compre un café grande tal y como le gusta a Spencer... Azúcar combinado con café, luego compre papel pergamino en una librería a unas calles de distancia y en la mesa de un parque escribí rápido para evitar que el café se enfriara.

Sabes genio, realmente no se como decirte esto en persona pues creó que los dos tenemos problemas de inteligencia emocional, pero de verdad lo siento, me agradas mucho y contigo pude habla como no lo puedo hacer con otras personas, eres un chico genial ¿lo sabias? Así que... ¿Que tal si me miras con la barbilla en alto y me dices que me perdonas? ¿si?.
Att: Tu Genia.

Una vez lo termine de escribir corrí de nuevo a la estación procurando no derramar el café por el camino, cosa un poco difícil por cierto... estuve un rato buscando a Spencer y lo encontré en la sala de tiro practicando... Era un poco... Bueno, muy malo pero realmente ¿hay alguien que nazca sabiendo todo? No, claro que no. Con cuidado toque su hombro y el dejó el arma en la mesa antes de voltear a verme mientras de quitaba las orejeras, parecía un niño indefenso, algo decepcionado y desconfiado, no hizo contacto visual conmigo hasta que deje el café y la nota sobre la mesa al lado del arma y con una sonrisa me fui dejándolo sólo para que la leyera... Esperaba que me perdonara, se notaba que era uno de esos chicos únicos en la vida con los que sólo te cruzas una vez.

Una vez regrese a la sala asignada por el idiota oficial todos me miraron curiosos... ¿Que? ¿Acaso no tenían un caso muy importante que resolver? Los mire mal y a punto de responder sentí unos brazos rodearme por la espalda, los únicos que hacían eso eran Cody y Dylan... Pero no podían ser ellos, tampoco el imbécil policía porque se ganaría una paliza de mi parte así que sólo quedaba...

Mire a los agentes quienes parecían tan impresionados como yo, lentamente me gire quedando de cara con el, al parecer el no planeaba soltarme así que le correspondí el gesto sin saber que más hacer ¿le susurraba que todo estaría bien? ¿Qué estaba mal para decirle que ahora estaba bien?... ¿Por qué me abrazaba? ¿Y por qué lo abrazaba yo a el? Me solté un poco de su agarre y él al final también se despegó de mi, no era que me molestara que me abrazara pero era extraño ¡demonios nos acabamos de conocer! Y yo NO abrazo a nadie... Menos a un extraño.

-oye, eres muy extraño... me agradas -el me sonrió débilmente y yo le devolvió el gesto- pero eso no quiere decir que te permita abrazarme cada vez que quieras, tendrás problemas con Honnie y Runnie y te recomiendo que no los tengas, harán quedar a los matones de secundaria como a unos gatitos-

-¿gatitos? -preguntó una voz conocida para mi, provenía de mi bolsillo, puse los ojos en blanco y saque el teléfono molesta-

-Honnie te he dicho miles de veces ¡nada de espiarme! -estaba algo molesta pero no reprimía de ocultarlo-

-es mi trabajo cuidarte, preciosa, hay unos problemitas con Runnie... Sólo para que sepas -eso no se escuchó muy bien, Dylan solía meterse muy a menudo en peleas y en ciertos problemas con sicarios que no hacían bien su trabajo...-

-¿rojo o azul? -pregunte fingiendo estar calmada, rojo significaba que sólo eran problemas con policías o investigadores, cosas menores pero azul... Significaba que algo realmente malo había pasado, desde que Dylan corría peligro o que a uno de sus sicarios se le escapó su "presa"-

-rojo, lo resolveré pronto, pero era para que no te volvieras loca cuando no contestará su teléfono -Dylan corto la llamada, era normal en el hacer eso y yo guarde el dispositivo en mi bolsillo antes de tomar asiento al lado de JJ-

-nada de preguntas agentes, y no tengo nada que comentar al respecto, ahora continúen con su charla de quien es el asesino ¿si? -usaba mi tono de superioridad y mi típica sonrisa socarrona que ocultaba a la perfección cualquier sentimiento o emoción del momento-

El resto del día no pensé en nada, sólo los veía ir a venir, no me habían dejado ir a las interrogaciones ¿increible no? Yo soy la mejor para leer a la personas ¿que mierda les pasa por la cabeza? Ah claro, son del FBI, sus cerebros son ochenta por ciento café, diez por ciento color gris y el otro diez por cierto esta constituido por la estúpida idea de ser los héroes.

Sería una bendición de los dioses cuando pisara de nuevo mi dulce hogar, alejado de los chicos raros con problemas emocionales, agentes cotilla y jefes de policía que engañan a su esposa...

Duplex!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora