DEUX

43 0 0
                                    

Un hombre elegantemente trajeado señalando un mapa en la televisión llama mi atención. Nubes y lluvia adornan el croma. Mañana, pasado, el día siguiente, todos tienen una misma palabra en común: Lluvia. Sonrío mientras le doy la vuelta a los filetes en la sartén, me imagino a mi misma paseando por la calle bajo la lluvia, bailando sin cesar hasta que no pueda más, observando las estrellas en el cielo por la noche mientras el viento acaricia mi piel, quiero cubrirme por el bello manto del Rocío, brillar, sentirme mágica. Suspiro. Me pregunto si podré salir mañana, si Joseph se irá a la ciudad con sus amigos, si se quedará en casa con una nueva mujer, o tal vez tenga que trabajar. Tal vez alguien cometa una atrocidad para así liberarme de mi tormento por un par de horas más. Lo siento por aquellas personas que sufren a cambio de mi libertad, debería sentirme culpable, odiar el pensamiento de querer que a alguien le pase algo malo, pero no es así, no me siento culpable, me siento afortunada.

— ¿Todavía no has terminado? — arrastra la silla a mis espaldas bruscamente y se sienta en ella. Puedo notar su mirada sobre mi nuca, al igual que su mano en mis nalgas, deslizándola hacia mis piernas. — Tengo hambre, Brig.

— Ya casi está. — retiro los filetes del fuego y termino de saltear las verduras.

— Sabes que no me gusta tener que esperar. — acaricia mi venda y con su dedo da pequeños tirones en ella. Retira su mano y se recuesta en la silla. — ¿Que te ha pasado en la pierna?

— Nada. — cojo aire y lo suelto en un suspiro, me giro para enfrentarlo y coloco los platos de comida sobre la mesa. — Sólo es un pequeño rasguño.

— Un rasguño. —Puedo sentir la rabia que recorre su cuerpo por como aprieta con fuerza su cerveza, tanto que sus nudillos se tornan de blanco. Suelta una falsa risa al tiempo que frota su mandíbula. Es entonces cuando con todas sus fuerzas lanza la botella de cerveza contra la pared. — ¿¡Quien te ha dejado salir!? — Grita desbocado al tiempo que se levanta tirando la silla al suelo. Apoya sus manos en la mesa y deja caer su cabeza entre sus hombros. De nuevo se ríe y da un fuerte golpe con su puño en la mesa. Silencio, aguanta la respiración, esconde el miedo. No parpadees. Joseph camina hacia mí, arrastra mi silla hasta tenerme frente a él y agarra mi pierna. La estira bruscamente. Solo será un momento, ¿que es un poco de dolor si así te libras de algo peor? No digas nada, no te pronuncies, todo está en orden. Sólo unos segundos más. Joseph se agacha y me arranca la venda sin ningún cuidado, arañando mi piel, asegurándose que la marca de sus dedos queda grabada.

En cuanto sus ojos se posan sobre mi herida, gruñe todavía más cabreado y se levanta dejando mi pierna caer. No llores. Apenas me da tiempo a reaccionar cuando siento la mano de Joseph golpearme con fuerza. Una lagrima se desliza por mi mejilla, con mis manos intento calmar el picor. Tranquila, Brigette. Pero la tranquilidad apenas dura, pues de nuevo me agarra, esta vez por el pelo y me tira al suelo. Me quedo quieta, tumbada sobre la fría baldosa blanca, no puedo respirar. Aguanta. Pronto acabará. Pronto se cansará, resiste. Intento moverme, levantarme poco a poco, se puede escuchar la desesperación con la que lucho por respirar, la tos que llega cuando al fin lo consigo. Está fuera de control, y sólo puedo esperar lo peor. Recuerda actuar cómo a él le gusta, no avives la llama de su enfado, un enfado injustificado. Ya ni siquiera se acuerda o tal vez sólo sea una excusa para ponerme la mano encima.

— ¡Mira cómo lo has puesto todo! — me levanta a la fuerza y señala las gotas de sangre que ahora manchan el suelo. Me empuja una vez más, bruscamente, y se dirige de nuevo a su sitio. — Limpialo y lárgate de aquí, no quiero verte. Me da asco tenerte delante.

— Lo siento. — hablo con un hilo de voz, un susurro apenas audible. Me arrepiento al momento...

— ¿¡Que lo sientes!? — amenaza con levantarse de nuevo, sus afilados ojos negros se clavan sobre mí, agujereándome, acuchillándome. — Yo te voy enseñar a lo que es sentirlo cómo no desaparezcas de mi vista, puta asquerosa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 17, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La obra de BrigetteWhere stories live. Discover now