Capítulo cero: "Erase una vez..."

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     Es increíble la cantidad de cosas que le pueden suceder a una cuando tienes por marido al hombre más fuerte del universo. Lo es la cantidad de veces que ha salvado a la humanidad e incluso a la galaxia entera. Lo es el hecho de tener a alguien que siempre podrá protegerte ante cualquier demonio.

     Y aun así, es increíble lo decepcionada que me siento.

     Desde pequeña siempre tuve la fantasiosa idea de encontrar al príncipe azul con el que compartiría el resto de mi vida, como un ensueño. Sería un hombre fuerte y apuesto con todas las cualidades que serían propias del amor de mi vida.

     Viviríamos juntos en una bonita y acogedora casa rodeada de un paisaje envidiable, con las sonrisas de nuestros igual de perfectos vecinos juntos a lo que compartiríamos anécdotas graciosas y agradables. Tendríamos hijos fuertes, inteligentes y por sobre todo, viviendo felizmente su día a día, rebozando gracia y alegría de sus sonrisas durante su desarrollo a nuestro lado para luego crecer y convertirse en personas de re nombre aportadores para nuestra sociedad.

     Mientras yo y mi marido pasábamos el resto de nuestras vidas orgullosos y felices por ellos. Por nosotros.

     O ese es el tipo de vida que esperaba tener a los 14 años.

     Y fue entonces que lo conocí. De cabellos alborotados y con un traje de combate azul, el chico sobre aquella nube de color amarilla se me había acercado para preguntarme si yo era la hija de Ox Satán, mi padre.

     Su nombre era Goku.

    Recuerdo haber creído que él estaba enamorado de mí por el hecho de que se había tomado la molestia de buscarme hasta allí, aunque luego él me explico que había sido enviado a buscar a un tal "Roshi" para ayudar con el incendio del castillo de mi papá.

     En el momento en el que decidí subir a esa especie de algodón de azúcar flotante supe que este chico era especial. Su carácter, inocente y amigable, era todo lo opuesto al carácter rudo y engreído del resto de chicos de mi pueblo y su sentido de la justicia era algo que admirar-al igual que esa interesante cola de mono que salía de su espalda baja-.

Mis sentimientos por el no tardaron en florecer, y la promesa de matrimonio aún menos.

Pasaron los años en los que él parecía no haber recordado su propuesta, por lo que yo misma me vi en la necesidad de ir a buscarlo al torneo de las artes marciales que se realizaba cada 4 o 5 años, ya ni lo recuerdo. Así es, me enfrenté en una batalla contra mi futuro esposo, hasta que él logró recodar su promesa... y a mi -porque ni siquiera me había logrado recordar en ese momento-.

     Fue así como ese chico pronto se convirtió en mi prometido y más tarde en mi esposo. Sin embargo, pronto los sueños de esa inocente niña del pasado serian aplastados horriblemente por la realidad. Ninguna persona en este planeta se podría imaginar lo caótico que puede ser conllevar un matrimonio con un... fantasma.

     Los problemas comenzaron luego de la primera muerte de Goku, junto con el arrebato de mi primer hijo, Gohan. En ese momento entendí que mi esposo debía entrenar para protegernos de los saiyayines que llegarían en un año, pero el hecho de que se llevaran a mi hijo porque era poseedor de "un gran potencial" para ayudarlos a salvar la tierra, fue un sufrimiento terriblemente desgarrador, y más aún porque mi marido no se encontraba ahí para aliviar mis penas.

     Luego ocurrió el incidente en Namek, en el cual mi hijo junto con sus compañeros de viaje, Bulma y Krillin, se encontraban en grave peligro por la inesperada llegada del tirano más temido del universo entero, Freezer. Pronto Goku se enteró y no tardó en subir a la nave que lo llevaría a aquel planeta totalmente dispuesto a pelear contra cualquier enemigo. No pude descifrar si su apuro fue por nuestro hijo en peligro o por su instinto saiyayin de pelear con un ser sumamente poderoso.

Finalmente, valió la pena.Where stories live. Discover now