Capitulo 1

49 6 4
                                    



-¡Mami!... ¡Mami!... Mira Gabe está comiendo de mi helado... ¡Mamiiiiiitaa!-Grito mi niña tirando de mi vestido, la mire frunciendo el ceño, señalo a su hermano quien tenía dos conos chorreándole por los brazos, abrí los ojos como platos le arrebate el de vainilla, y se lo di a mi hermosa y odiosa hija, pose mi dedo índice en mis labios indicando que se callara.

-Si señora Richter, entiendo que está en contra de las políticas del instituto, pero entiéndame, soy madre soltera, cuidando de mis dos gemelos, a cuentas mías, solo le pido... dos semanas más, y la colegiatura estará pagada...se lo pido.-Suplique esperando que la señorita Richter se complaciera de mí.

-Sí, entiendo que es usted sola, pero ese no es mi problema, el que usted...una muchacha de 20 años...-La interrumpí rápidamente.

-21...-Ella suspiro del otro lado de la línea...

-Mire Señorita Carter...Esta Bien, le daré unos cuantos días más...-Mi chillido la interrumpió pero antes de poder siquiera agradecerle, alguien choco conmigo causando que mi celular cayera a la parte baja del centro comercial, y para mi suerte en la fuente de agua. Genial. Increíble y totalmente Genial.

-¡Noooooo!-Grite tratando, pero fallando, de alcanzarlo, solo provoque chocar más con la persona, y así casi cayéndome en mi propio trasero, pero afortunadamente, el bastardo que me tiro el celular me tomo de mis caderas, así quedar malditamente frente a frente.-¡Maldito Bastardo....-Mi boca se cerró por completo... no podía hablar ni siquiera moverme para liberarme de sus asquerosas manos.

Por fin. Tantas noches, tantos días, tantas lágrimas, lo tenía frente a mí, tantos años por soñar cual sería nuestro encuentro... ¿Le hablaría? ¿Lo besaría? ¿Lo golpearía? Pero nada ocurrió...

-Gabriel...-Jadee involuntariamente. No lo podía creer. Era el. El me regalo una sonrisa amistosa, sus ojos azules me miraban, tomando cada una de mis reacciones. No podía ser real...

-Lucia Carter... ¡Por fin! Se ha cumplido mi gran deseo de volver a encontrarnos- Dijo ayudándome a incorporarme.-Creo que tenemos muchas cosas de las cuales ponernos al día.-Dijo mostrándome una sonrisa. ¡Demonios! Que gran sonrisa.

Lo sabía, el ya debió de haberse enterado, ¿Que pasaría después? ¿Trataría de quitarme a mis hijos? No eso yo jamás lo permitiría.

-¡Vete al infierno Cohen!-Trate de caminar pero él se interpuso en mi camino, tomo mi mano. No me quedo de otra más que mirar a sus ojos, sus hermosos ojos azules, su expresión... No eso no podía ser arrepentimiento.

-¡Por favor!...-Rogo- Ahora que te he encontrado no quiero perderte, no de nuevo, Lucí...-Y ahí fue cuando todo se fue al diablo, su agarre se aflojo, no lo había notado, pero estaba mirando fijamente el piso, le mande una mirada suplicante, rogando que me dejara ir...que ahora no era el momento para que me atrapase...

-Lo...Siento...Yo...-Negué con la cabeza, esto no puede estar pasando-Yo no lo conozco-Dije sonando más dura de lo que pretendía. Pero él no me soltó. -¡Suéltame Gabriel!-Su rostro se ilumino, me abofetee a mí misma. Había dicho su nombre, me delate a mí misma que estúpida.-¡Suéltame de una buena jodid...-Sisee entre dientes pero algo me interrumpió, no, alguien.

-¡Gabbe! ¡Mama grito una grosería! ¡Gabbe! ¡Nos debe 5 Dólares!-Grito mi niña, los ojos de Gabriel se desplazaron de mis ojos a mi pequeña niña quien gritaba emocionada, por un momento me había olvidado de ella. ¿Qué clase de mala madre soy?

Sentí como la sangre de mi cara se drenaba, no era el momento. Para que los viera. Pero era demasiado tarde, el rostro de Gabriel se ilumino al mirar a mi otro pequeño, corriendo totalmente emocionado, ambos se abalanzaron a mí, tirándome al suelo, pero yo no podía moverme. Él estaba aquí...conmigo, con mis hijos. Si eso es.

-Vámonos niños, es hora de ir al cajero a sacar sus 5 dólares...-Sisee alarmada, ambos me tomaron de las manos, cada uno daba pequeños saltitos, hacia las escaleras eléctricas, corrí a la fuente a tomar lo que quedaba de mi celular, mire atrás de mí, y el ya no estaba ahí. Suspire lentamente... ¿Y si había imaginado todo?

(...)

-¡Niños!...! Niños!, vengan a ayudar a su madre-Grite, y enseguida cada una tomo una bolsa de las 10 que traía, genial ahora solo traía 8. Ambos niños estaban muy felices, por sus juguetes nuevos al salir al estacionamiento.

- ¡Lucia!...-Grito Gabriel... ¡Oh! ¡NO!

Verte Volver...A Mi.Where stories live. Discover now