Capítulo 32: entréganos a la chica.

3.2K 141 3
                                    


Amor, ¿qué pasa?

—Solo obedece. En caso de que alguien entre te escondes detrás de aquel sofá, ¿entendido?

—Dime, ¿qué es lo que pasa?

—Solo haz lo que te digo, es peligroso que esos hombres te vean.

—Entonces no salgas, invéntales cualquier cosa, no soportaría si llega a pasarte algo.

—No me pasara nada, no les conviene hacerme daño. Tengo que ir porque si no sospecharan pero prométeme por nuestro hijo que no saldrás hasta que yo llegue.

—Está bien —me oculte de modo que al abrir la puerta nadie me viera. Jack salió y solo escuche algunos murmullos, después alguien volvió a abrir la puerta, me entró un miedo horrible, por mi cuerpo pasó un escalofrío.

—Señora... —dijo Karla en voz baja— ¿está aquí?

—Sí —respondí de igual modo.

—El señor Gilinsky me ha pedido que me encierre aquí.

—¿Sabes qué es lo que ocurre?

—No, pero Dios santo, casi me da un infarto cuando me di cuenta que esos tipos portaban armas.

—¿Llevan armas?—trate de tranquilizarme pero no podía. Jack estaba en peligro y yo aquí escondida sin poder hacer nada.

—Sí, y a juzgar por lo que me ordenó el jefe deben ser peligrosos.

—¿Qué te ha dicho?

—Me dio esto sin que ellos se dieran cuenta —me entregó una pequeña nota que decía que bajo cualquier motivo me mantuviera segura.

—¿No será mejor que llamemos a la policía?

—No, si el jefe hubiera querido eso, lo habría dicho. ¿Qué tal si empeoramos las cosas?

—Tienes razón, será mejor esperar.

Pasaron ya 30 minutos que se me hacían eternos y Jack no volvía, estaba a punto de correr a buscarlo cuando se escucharon murmullos y algunos pasos— Hay que escondernos —dijo asustada.

—Detrás del sofá —dije recordando lo que me dijo Jack, nos apresuramos a mover un poco el sofá y nos dimos cuenta de que había una pequeña puerta detrás de este, era difícil de ver, pero por suerte lo notamos.

—Entre por favor señora, yo me encargo de dejar todo como estaba.

—Pero, ¿y tú?

—Tranquila también entraré pero apresúrese —Karla acomodo todo y entramos, era un espacio muy reducido podíamos estar de pie y había un pequeño cuadro por el cual podíamos ver dentro de la oficina, los hombres entraron pateando la puerta de la oficina.

—Les he dicho que aquí no hay nadie y esa chica no la he visto.

—¿Estás seguro Gilinsky?, porque según me enteré, es tu esposa.

—El problema no es contigo, queremos a esa chica y te dejaremos en paz.

—Les daré el dinero que pidan si la dejan de buscar.

—¿Estás seguro?, porque es demasiado.

—Dispongo de una fuerte cantidad, díganme el precio.

Haces mal en arriesgarte por una adolescente que no vale la pena —pude ver cómo Jack cerraba los puños con evidente rencor pero no hizo nada más— queremos recordarte que sabemos que tienes una hija. Gaby, ¿cierto colega? —le dijo a su compañero.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now