Capítulo 76

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Capítulo 75


-Iré a ver que ocurre- murmure con dificultad.

El terror corría dentro de mi.

Por alguna razón, esperaba lo peor.

Dan asintió confundido. Seguramente porque mi cara se encontraba pálida.

Fui hasta la salida sintiendo los nervios en mi estomago.

Parecían millones de hormigas caminando dentro de mi.

¿Por qué me preocupaba tanto?

Tal vez porque nada bueno podría salir de ello.

Me convencí de que no era nada.

De que todo seguía igual de bien.

Justin me quería, lo sentía.

Sus acciones lo reflejaban y no habíamos vuelto a pelear.

Sólo peleas tontas e insignificantes.

Llegué hasta la gran puerta negra y la abrí.

El viento azotó mi cuerpo. Hacia frío y yo sólo llevaba un vestido.

Miré para ambos lados de la acera y no los encontré.

Escuché voces masculinas que provenían de la izquierda, en la esquina.

Comencé a caminar hacia allí y el volumen de las voces aumentaba.

Definitivamente era Justin el que gritaba, pero no podía entender con claridad que decía.

Me sentí una metida y sabía que no debía meterme.

Me acerqué más hasta que las voces se hicieron claras y me escondí detrás de la pared para escuchar sin ser vista.

-¿Cuándo vas a madurar?- le preguntó Scooter.

-El día en que tú, aprendas a meterte en tus asuntos- gruñó Justin. Sin verlo, notaba que estaba furioso.

-Joder, es que ¿por qué no lo admites de una vez, tío? admite que quieres alargar el contrato porque te haz enamorado duro- mi corazón se detuvo y dejé de respirar.

No debía escuchar esto.

-¡No me he enamorado de ella, maldita sea!- gritó con fuerza- ¡Sólo he encontrado una chica que con bonitas palabras me deja entrar en sus pantalones, y eso es algo grande- mi mente se volvió borrosa y no podía procesar sus palabras.

No, esto no podía ser. No era real, él no podía traicionarme.

-Ni tú te crees eso Justin, sabes que _____ no es como las demás chicas con las que haz estado.

Escuchar mi nombre era la confirmación de que hablaban de mi y que todo era real.

Aunque no la necesitaba, de todas formas sabía que se trataban de mi.

-No puedo permitirme enamorarme de ella, no es mi tipo. Esto es sólo por el sexo.

Escuchar eso fue la gota que rebalsó el vaso.

No sabia en que momento, las lágrimas habían comenzado a fluir, pero sabía que no podría detenerlas.

Mis piernas temblaban y no sabía si era irá o tristeza lo que sentía.

Ya no escuchaba nada más, mis oídos zumbaban y no podía escuchar el resto de la conversación, y tampoco quería hacerlo.

Caminé de vuelta a la gran casa cuando sentí que iba a comenzar a sollozar.

¿Fama?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant