INTRODUCCIÓN

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La vi pasar por primera vez… cuando me aturdían los días largos, era extraño tanta belleza en un solo andar; pero sin pensarlo mucho, me enamoré de ella.

Nunca creí en el amor a primera vista, por eso espere volver a verla para decirme a mí mismo que la amaba.

Y era tan curioso como sucedió todo, que ni necesite preguntarle el nombre en ese instante. Llevaba una playera, que en la parte posterior lo tenía escrito.

¿Cómo podría estar seguro de que ese era su nombre?

No lo sé, el amor era algo tan nuevo para mí al verla; así como la sensación de saber cosas que nunca supe.

Recuerdo muy bien aquella noche de marzo, cuando la vi pasar solo un par de veces… y fue suficiente.

Porque ella se convirtió en el amor de mis versos, de mis poemas, de cada espacio de mi vida.

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