capítulo uno (ii)

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De repente, alguien abrió la puerta de golpe. Era su hermana, que se encontró a un muy dormido Storm de pie en la habitación, evitando mirar hacia la cama por las ganas de tumbarse que le estaban viniendo y pensando qué hacer.

—Ah, vaya, estás despierto. —Le miró de arriba a abajo, como si le estuviera haciendo una radiografía, y comentó por lo bajo—: Qué raro.

Storm cerró los ojos y se apoyó en su escritorio, tapándose la boca mientras se estiraba y bostezaba.

—¿Qué quieres, Anika?

—Venía a por una camiseta.

La miró interrogante. 

—A mi armario —recalcó.

—Claro. ¿De qué me sirve tener un hermano gay si no le puedo robar la ropa?

Storm negó con la cabeza, cruzándose de brazos.

—Como tiene tanto que ver una cosa con la otra... —Caminó hacia donde estaba su hermana y le quitó de las manos una camiseta que había cogido. Era de color azul oscuro y ponía «you don't have to» en el medio, muy grande y con letras rojas—. Esa me la iba a poner yo.

Su hermana hizo un puchero, pero se resignó y cogió otra, la primera que vio. Era de un color rosa pastel.

—Menos mal que tienes un vestidor entero para ti sola, quién lo diría.

—Pero no tengo ropa de chico. Y ahora se llevan las cosas anchas.

—No tan anchas.

Anika hizo un gesto con el brazo, restándole importancia.

—Calla, que tú no sabes.

—Sé que me queda ancho a mí —remarcó. Storm siempre solía comprarse las camisetas y sudaderas una talla más grande de lo que le correspondía—. Y soy cuatro años y treina centímetros más grande que tú.

Su hermana, sin hacerle el más mínimo caso, se quitó su camiseta y la tiró hacia la cama. Pero como estaba demasiado lejos no llegó y acabó en el suelo. Entonces se dio cuenta de que estaba del revés.

—Ya, pero como eres todo huesos...  —comentó—. Anda que vas a darle la vuelta a la ropa después de quitártela.

Storm asintió cerrando los ojos, como si estuviera escuchando una bronca de sus padres y como si sirviera para algo. Pensó que tal vez su hermana fuera de esa manera con él porque era la favorita de sus padres. O tal vez era solo para molestarle y cumplir esa clase de función que parecen tener todos los hermanos pequeños con sus hermanos mayores. A pesar de todo y de lo que pudiera parecer, se llevaban bien. No eran tan diferentes entre ellos.

La camiseta, como se veía venir, le quedaba enorme. Le llegaba hasta los muslos, las mangas le tapaban las manos, el cuello demasiado bajo y por detrás se notaba un hueco abismal. Storm se rio.

—¿Qué tal me queda? —preguntó con voz cantarina y haciendo una pose sexy y riéndose por haberla hecho.

—Tú sabrás, experta en estilismo.

Se miró al espejo que colgaba del interior del armario y sonrió complacida.

—Claramente, me queda genial.

—Eso es porque te pareces a mí.

Ciertamente, a su hermana le quedaba bien todo porque era perfecta.

—Narcisista. —Le dio un golpe amistoso en el brazo—. Creído.

En realidad, no se parecían en nada físicamente. Ella no llegaba al metro sesenta y él casi medía un metro noventa. Ella se teñía el pelo de oscuro y él de blanco. Ella no tenía el cuerpo de una modelo noventa, sesenta, noventa pero sus curvas seguían siendo preciosas; mientras que él estaba muy delgado teniendo en cuenta su altura.

—Lo que tú digas. —Asintió con ironía y añadió con una sonrisa socarrona—: Le vas a encantar a Lissi.

Anika se puso roja, como pocas veces le pasaba y volvió a golpear a su hermano para que se callara.

—No voy a salir con Lissi.

—¿Entonces con el otro chico?

—No me apetece hablar de mi vida amorosa, gracias.

—Pero si te pasas el día hablando de ella.

—¿Qué? —Frunció el ceño e intentó atar cabos—. ¿Me cotilleas el móvil?

—Te stalkeo en twitter. —Se encogió de hombros.

Anika se puso pálida.

—¡¿Qué?! ¿Cuál es tu arroba? —Cogió su teléfono del bolsillo delantero de su pantalón—. Ahora mismo me pongo el candado, eh.

—Pues te cotillearé el móvil.

—¿Y tú desde cuándo usas twitter?

—Desde antes que tú.

—Ah, ¿y qué pones? ¿Hashtag soy un putísimo stalker? ¿o hashtag necesito un novio para dejar de interesarme por las vidas amorosas ajenas?

Storm soltó una carcajada. Los dos hermanos siguieron charlando y la conversación se alargó muchísimo más de lo previsto, hasta que Anika reparó en lo tarde que era y que debía irse. No le dijo adónde iba y Storm tampoco preguntó. Cuando su hermana se despidió, le dijo que echaba de menos sus conversaciones; que hacía tiempo que no hablaban así, de aquella forma, con confianza; que parecía que no viviera en aquella casa, como si estuviera desaparecido, ni que fueran desconocidos. Él le dijo que se fuera ya, que iba a llegar tarde, que no dijera tonterías, pero las palabras de Anika se habían quedado con él. No habían ido con la intención de torturarle, pero lo estaban haciendo. En parte le agradecía que se lo hubiese dicho, pero a una gran parte de él le entristecía. Se mordió el labio inferior e intentó fingir que no se sentía culpable. Fingió que no se había dado cuenta de lo mucho que se había distanciado de todo gracias a aquella conversación con su hermana. Y no solo de ella, que tal vez era la que menos lo había hecho, sino de todos. Estaba solo;  aquello le oprimía el corazón con fuerza obligándole a reflexionar sobre cosas que quería que fuesen diferentes, preguntándose cómo coño iba a cambiar eso si había sido todo su culpa. No había sido capaz de establecer una amistad lo suficientemente duradera, que se prolongase durante más de un curso y que no muriera después de un verano.

«Que no pienses en cosas tristes», se dijo.

Tenía que dejar de pensar en negativo, de ver el vaso medio vacío. Se dijo mil veces que lo iba a conseguir, que tuviera paciencia. Storm era de las personas que creía que engañarse a sí mismo era la mejor opción, que si se repetía lo suficiente una mentira acabaría convirtiéndose en verdad. Tenía fe en que así fuera.

Siempre podría volver a recuperar el contacto con los de la escuela de música, pues tenía pensado volver a sus clases de violín aquel curso, aprovechando que ya no tenía que preocuparse por los estudios. Bueno, en realidad tampoco lo había hecho mucho durante los últimos años (y, en realidad, durante los primeros, menos aún). 

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⏰ Last updated: May 26, 2017 ⏰

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