La chica del cabello rojo.

1.3K 24 6
                                    


Una noche como todas, el viento sopla fuerte; se escucha como espíritus penando en lo alto de mi balcón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Una noche como todas, el viento sopla fuerte; se escucha como espíritus penando en lo alto de mi balcón. La melancólica noche pide clemencia, puedo mirar los cuervos posados en lo alto del viejo roble a la puerta de mi hogar, y la lúgubre calle oscura adornada por restos de hojas secas que se arrastran, rogando su ultimo aliento, como lobos solitarios aullando por compañía que jamás llega.

El ligero aroma de la mujer desnuda que yace atada en una esquina de la habitación, mirándome en las sombras. Deseosa, esperando de mi compañía insana. Habitación adornada de rojas paredes que combinan con su pálida piel, y su mirada ocasionalmente perdida en el placer. Puedo sentir que lo desea, puedo entenderla mientras acaricia su rostro. Mirándole los labios, ella perdida en mis manos, esto es lo que queda, un despojo de humanidad olvidada en un rincón de mis recuerdos más profundos, y mis deseos más lúcidos.

Esta chica de rojos cabellos, piel blanca, ojos claros y delgados labios; es por mucho mi objeto mas preciado. La mantengo atada con nudos fuertes (me excita) en sus muñecas, con un par de cuerdas entrecruzadas en su abdomen, atadas en sus caderas. Otro par le rodean sus muslos, obligándole a mantener su piernas abiertas en suspensión (es flexible). Sus tobillos se encuentran muy cerca de sus muñecas, pero no se encuentran juntos, sólo pueden rozar unas cuantas cuerdas entre si.

Amordazada de tal manera que no puede dejar de babear como un animal salvaje, pero en total sumisión. Soy dueño de sus pensamientos y amo de sus deseos.

La observo mientras lentamente suelto mi bragueta. Se retuerce mientras disfruta de su tortuosa posición. con calma me acerco soltando cada uno de los botones de mi camisa oscura, hasta encontrarme totalmente desnudo frente a ella.

Puedo sentir el calor de su cuerpo y estoy duro como una bestia; pero aún no es momento de penetrar en ella, tienen que rogarlo.

A su derecha se encuentra una mesa de madera desgastada donde se encuentran mis herramientas favoritas. Tomo una hermosa fusta y con un movimiento de brazo cubro, de abajo hacia arriba azoto sus nalgas una y otra vez haciendo pausa entre cada azote. gime mientras el paso de mi perverso deseo cae sobre ella, y puedo ver cómo me mira con deseo.

"No es momento aún" le digo, mientras me mira con anhelo. Coloco la fusta en su cara y acaricio su cuerpo desde el cuello hasta su ombligo, terminando con un par de azotes en sus muslos. Aún en lo oscuro puedo ver cómo se enrojece su piel. Entre gemidos y balbuceos creo que es tiempo de quitar la mordaza. Acerco mi oído a su boca y de manera agitada, ella me dice "te quiero dentro de mi".

En el momento tomo una de las cuerda que la atan y tiro de ella, ocasionando que caiga al piso de golpe. Pude escucharla reír al caer, se coloca de cara contra el piso, empinando su hermoso culo, con las rodillas al suelo. Todo un espectáculo. Es cuando me acerco y la penetro con fuerza.

Entonces, ahí me encontraba yo desnudo, junto a ésta hermosa joven pelirroja, penetrando una y otra vez en ella

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Entonces, ahí me encontraba yo desnudo, junto a ésta hermosa joven pelirroja, penetrando una y otra vez en ella. Podía mirar sus labios vaginales retorciéndose con cada golpe de mi pene dentro de su cálida y húmeda vagina, y escuchándola gemir de placer exigiendo más y más cada momento.

Era la carne viva de ambos en su expresión más salvaje y primitiva; manifestando deseos insaciables. Esta chica era placer incontable de la forma que yo quisiera.

El sonido de nuestra piel chocando no era más que percusión para la composición de sus gemidos agudos, acompañados del sonido de la lluviosa noche que se aproximaba; advertida por el llanto del viento que atraviesa las cortinas. Era una noche perfecta, y ella cada vez estaba desbordando más humedad entre sus piernas. El suelo se hacía resbaloso mientras el frío erizaba su piel y sus pezones estaban duros y firmes. ¿Cómo olvidar aquella chica que disfrutaba del sufrimiento y el placer?

El sexo se hacia cada vez más intenso y podía sentirme venir en ella, dentro de ella; pero el simple hecho de tener que alejar mi piel de la suya, no podía existir en mi pensamiento, así que solo podía contenerme.

¡Qué mujer tan embriagante! Mujer adictiva, el éter de mis demonios internos. En ese instante se hace diosa y me domina sin saberlo.

Ya pasado el rato termino de venirme muy dentro de ella, y sólo me queda mirar el semen que se desborda de su vagina en el fino espacio entre sus nalgas y mi abdomen. Una vez me alejo toma con sus manos el semen restante en el suelo, y lo lame mientras me mira a los ojos. Se me acerca gateando mientras lentamente besa mi cuerpo hasta llegar a mi oído y dice: "Gracias"


DeseosWhere stories live. Discover now