after all; ryden

before the concert

ryan había comprado sus entradas hace seis semanas ya. estaba nervioso de ir a ver al chico que tanto le había revolucionado las ideas años atrás.
eran las 4, el concierto empezaba a las 8.

no sabía cómo vestir, porque sí, puede que suene como un adolescente yendo a una cita, pero ryan estaba demasiado nervioso.

sabía que brendon se sintió más que decepcionado cuando dejó la banda, sabía que hay canciones que el de la frente grande no puede cantar aún sin romper en llanto gracias a él. pero lo extrañaba. había pasado bastante tiempo desde la última vez que se vieron, pero ryan lo quería ver.

no quería hablarle. no tenía las bolas para hablarle después de lo que hizo, simplemente quería verlo, tal vez que brendon lo vea de lejos mientras canta, pero no estaba dispuesto a hablar,

se decidió por usar una camisa negra, con un pantalón negro y unos vans.

decidió poner un poco de su cabellera en su cara, como en los viejos tiempos, aunque no dejaba de repetirse ''han pasado trece años del 2005, ya no estás en época de verte emo'', pero esos pensamientos se callaban cuando empezaba a analizar la situación, pensando que al azabache se le haría más fácil reconocerlo así.

tenía un boleto para la primera fila, justo al frente del escenario. justo al frente de brendon.

igual él tenía bien clara cómo sería su reacción al verlo. obviamente le sonreiría con superioridad, porque él había llegado muy lejos, sin necesidad de él. o al menos eso pensaba ryan.

pasaron dos horas en las que el castaño entre se  miraba al espejo y maldecía por los nervios.
salió hacía dónde sería el concierto, si no se adelantaba, no sería capaz de llegar para la primera canción, y no quería ser impuntual para brendon, no después de tanto tiempo.

después de mucho lío y de sacarse algunas fotos con fans que lo reconocieron, por fin se encontró sentado frente al micrófono de ese azabache que hace tiempo tanto había querido. sus manos sudaban, sus piernas temblaban. no se había sentado aún, no estaba listo para eso.
miró su reloj, 7:45. casi se muere ahí mismo.