Fuerza de la atracción

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Los días fueron pasando y tanto él como yo, nos sentiamos cómodos conversando siempre. 

Hablábamos desde que amanecía hasta que anochecía, y no sólo eso... Las veces que salía de trabajar y no tenía internet para conectarme, él me llamaba y conversábamos todo el transcurso del camino desde mi trabajo hasta mi casa que por lo menos dura 1h y media.

Sinceramente, era sorprendente cada cosa que hacía, al principio me sentía algo presionada porque esto no era de un día, sino de TODOS LOS DÍAS. Y yo soy de las personas que necesitan de su espacio, de dejar el teléfono y no hacer caso a nadie porque ya me aburría que siempre ande al pendiente de ese aparato porque desaprovechaba los momentos en familia o con amigos.

Pero, luego poco a poco me fuí acoatumbrando a él, a lo tierno que era cada vez que contestaba el teléfono y él me cantaba una canción, o las veces en que me decía que le agradaba conversar conmigo y que me extrañaba cuando no lo hacíamos, o simplemente esas veces en que se recargaba saldo y me llamaba de whatsapp o hacía videollamaba sólo para verme o escuchar mi voz.

Debo admitir que me agradaba mucho su manera de ser... Coincidiamos en muchas cosas, como en el género de las películas que nos gusta ver, cantantes, géneros musicales o a veces cuando yo queria decir algo, él lo decía primero y era justo lo que andaba pensando. No existía día que no me hiciera reir. Se estaba volviendo alguien muy cercano a mí.

Amor inesperadoWhere stories live. Discover now