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Todo el lío ese de firmar el contrato había sido mucho más fácil y rápido de lo que ella se había imaginado. Al entrar al alto edificio el cual ella habría pensado que era otro más como los muchos que habían alrededor, con empresarios y toda esa gente dentro, se llevó una sorpresa. Primero que la gente allí dentro iba bastante más relajada en cuanto a vestimenta, nada de trajes y faldas, gente normalita yend de un lado a otro, muchos sentados frente a una computadora tecleando entretenidos y bastante relajados. Por supuesto habían guardias por todas partes, entró y fuera que impedían el paso a cualquier persona desconocida, y también había una cosilla en la puerta en donde vio a Roger pasar una tarjeta para poder pasar, supuso que esa era otra medida de seguridad para evitar la entrada a quien no estuviera registrado y tuviera un chisme de tarjeta

Aunque ella no lo había notado, Roger la había estado observando todo el tiempo, sentía cierta curiosidad por ella y verla fijarse en todo intentando explorar con sus lindos ojos verdes su entorno le hizo gracia, parecía toda una niña curiosa

Lo segundo que sorprendió a Blue fue una palabra, "jefe". Y no porque nunca la hubiera escuchado, claramente no era por eso, si no porque iba dirigida de parte de TODOS allí dentro hacia el hombre que caminaba junto a ella. Jefe, jefe, jefe ¡Jodida mierda! ¿Era el puto jefe de todos allí dentro? La respuesta fue entrar en la oficina más grande en el piso más alto y verlo sentarse detrás del escritorio como si fuera de lo más normal

Sip, aquel hombre la sorprendía. Era el jefe en una "sede" de la puta CIA

En cuanto tuvo frente a ella los papeles del contrato de confidencialidad no dudó en firmarlos rápidamente luego de leerlos y darse cuenta de que decía lo que todos los contratos de confidencialidad decían siempre. Que podían demandarla por dinero, bienes materiales blah blah blah te dejaremos en la puta calle si abres la puta boca blah blah blah aburrido.

- No tienes que apresurarte, puedes leerlo con calma- aunque se sorprendió de la extrema amabilidad no lo dejó notar y simplemente se encogió de hombros

- No hace falta ya se lo que dice- dijo sin darle mucha importancia al asunto

- ¿Alguna ves firmaste uno?- preguntó algo divertido

- Sí- él se sorprendió

- ¿Por qué?

- Si te lo dijera estaría incumpliendo con el contrato genio- ella se levantó dejándolo sorprendido y divertido en porcentajes iguales- ya me voy

- Te llevo- salió de su sorpresa y se levantó tomando las llaves de su carro

- No hace falta, pero gracias. Nos vemos... supongo- murmuró la última palabra con desconfianza y dio media vuelta

- Blue- la llamó, ella giró la cabeza alarma verlo- deja que te lleve- pidió algo incómodo al no estar ordenando si no pidiendo casi que por favor, ella sonrió

- De verdad no hace falta, hoy no tengo trabajo así que no tengo prisa... Adiós- y sin más salió de su oficina y Roger inconscientemente no quiso aceptar que eso significara que salía también de su vida

Pero otra parte de él quería desesperadamente alejarse de ella. Como si oliera el peligro de que ella pudiera meterse bajo su piel. No podía permitir eso, él ya había amado a una mujer, a la madre de su hija, no podía ensuciar la memoria de aquella mujer, creía que no podía enamorarse de nuevo porque eso sería olvidarla y lo último que quería era olvidar al primer y único amor de su vida...hasta ahora, aunque él no lo sabía

***

Dos semanas después Blue había vuelto a su vida como normalmente la conocía. Bar, cafetería, Dominic, su abuela y así. Hasta ese día. El rubio como siempre llegó, se sentó con su sonrisa que hacía que camareras y clientas suspiraran, excepto ella cosa que a Dominic le quitaba un poco de esperanzas cada día. Ella se acercó deslizándose en sus patines rosa

RogerWhere stories live. Discover now