Un viaje a Miami: una historia real

Parte I

Preguntan que por qué los latinos nos llamamos todos igual... ¡divertidísimo!

*Los nombres de las personas no son reales por compromiso de privacidad.

Esto me lo contó un familiar directo: María Pérez.

Fecha: Octubre del año 2001, posterior al atentado contra Las Torres Gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre del 2001.

"María Pérez", "María Pérez", eran las inscripciones de los boletos que se dirigían de regreso a Guatemala, desde Miami. La Tía, una señora en su sexta década, con un porte y una personalidad vibrante y atrevida, combinada con un humor rústico y cálido, se hallaba junto a su Sobrina frente al mostrador de la aerolínea; una arquitecta audaz, extraordinariamente perspicaz y astuta. Ambas, estaban por abordar el avión en Miami, lugar que habían escogido predilecto para adquirir los artefactos, aquellos que tendrían el privilegio de colocarse en el interior de las habitaciones del nuevo hotel de la Tía en la Antigua Guatemala.

(Fuente: www.guia.rehoteles.com)

Resulta que la Sobrina había culminado su trabajo como arquitecta en el proyecto de construcción del nuevo hotel, y había accedido a terminar de asesorar con respecto al diseño de interiores. Desde Guatemala, habían viajado también las Gemelas, las hijas rubias y despampanantes de la Tía, a contribuir a concluir la tarea. Sin embargo, las Gemelas alargaron su estadía, y su viaje de regreso a Guatemala difirió al de sus acompañantes. A propósito: sus boletos también estaban identificados bajo el nombre "María Pérez".

Compraron un total de dieciocho relojes de cuco completamente originales. Todas estaban encantadas con la nueva adquisición; de regreso en el hotel, al anochecer, salieron de nuevo a comprar baterías para probarlos. Cuenta la Sobrina que los probaron todos ese día. Al terminar, los empacaron en la valija que tomaría rumbo a Guatemala al día siguiente. Conciliaron el sueño ya muy entrada la noche. Accidentalmente, olvidaron sacarle la pila a uno de los relojes.