Tinta y piel, piel y tinta.

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Una primera punzada de dolor acompaña la primera gota de tinta que promete quedarse para siempre en su piel.

Agoney contiene un quejido mordiéndose el labio. Raoul deja ir una risita.

- No te rías, capullo.

Raoul hace caso nulo y suelta otra pequeña carcajada acompañada de una sonrisa divertida de la chica que trabaja sobre la piel de Agoney.

- ¿Es el primero? – pregunta la chica sin despegar los ojos de la tinta que marca la piel del moreno.

- Sí – una contestación breve porque sigue impresionado por el dolor del primer pinchazo.

- Si te refieres a novio, también – dice Raoul.

- No por mucho tiempo si no te callas y me das la mano en condiciones.

La tatuadora levanta la mirada un segundo para dejarla correr entre ambos chicos mientras suelta una risotada agradable. Raoul finge estar dolido, pero también ríe suavemente.

- No puedes cambiar el primero, simplemente habrá un segundo – Raoul adopta un tono más serio, pero sin perder el tono burlón.

- Que me des... la jodida mano... y te calles.

Raoul no puede no reírse ante tal situación. Agoney tatuándose con el pelo rizado y alborotado, los ojos cansados y la piel un par de tonos más pálidos por la impresión.

- ¡Raoul!

- Que ya voy, que ya voy.

Se inclina en su silla y estira los dedos para agarrar los de su chico. Tan cálidos como siempre, algo que no pierde jamás, sin importar el momento. Los acerca a sus labios y les regala un beso.

- Si ves que te vas a marear, avísame, que aquí somos mitad tatuadoras, mitad enfermeras – comenta la chica antes de volver a hundir la aguja en su piel.

Ambos chicos asienten. Raoul acaricia con su pulgar el dorso de la mano de Agoney. El gesto le recuerda a aquellas actuaciones juntos en su primera gira, cuando no sabían gestionar todo lo que sentían y no podían mirarse demasiado sin sentir que necesitaban robarse un beso. Eran dos chicos enamorados y no podían ocultarlo, así que a veces optaban por evitarse. Era difícil esconder algo tan grande.

- Digan algo y me entretienen – dice el canario.

- ¿Puedo preguntar cuánto lleváis juntos?

- Encantado de responderte, pero no me acuerdo -suelta Raoul, ganándose una mirada fulminante de Agoney.

- No te hagas el duro, tienes la fecha tatuada.

- Te odio tanto... - primero se dirige a Agoney y después mira a la chica. – Cuatro años van a hacer ya, en dos meses.

- Se os ve muy bien, hacéis buena pareja.

- Cómo no hacer buena pareja con esta persona – Raoul no puede esconder el orgullo que todavía siente de poder despertarse a su lado cada día. - ¿Cómo te llamas?

- Carla – dice entre un par de risas tiernas.

- Carla, mira un momento a este chico y confiesa que si no fuera mi novio te encantaría que fuera el tuyo. Es que, mírale.

Agoney deja caer la cabeza en el reposacabezas del sillón en el que está sentado. Siempre la misma historia, siempre haciéndole sentir querido cuando más vergüenza le da.

1:22 (ONE-SHOTS RAGONEY)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang