Estoy sentada en las gradas, viendo al equipo de basquetbol jugar. No son los mejores, tampoco los peores.
- Odio que le den prioridad a los del fútbol americano y que a este no...
Comento hacia mi mejor amiga que está perdida en sus pensamientos.
- El número 10 es hermoso.
Oh, no. Oh no. Por favor no.
- No es verdad – miento.
- Claro que sí, nada más míralo correr...
- Está feo – me muerdo la lengua mientras hablo.
- Se llama Jean, ¿cierto?
- Pamela, no empieces.
- Bueno, ya, me calmo – ella alza los brazos rindiéndose – ni que necesitara un chico.
Yo sí lo necesito.
Sigo viendo el partido... viendo a Jean mejor dicho. Ese hombre es guapísimo. Es tan amigable también. Es tan inalcanzable...
Saliendo del partido del colegio, seguimos con clases normales. Que aburrido. Me toca clase de biología. Biología es aburrido, todos nos quedamos dormidos en las clases de los maestros...
Jean entra tarde, claro está. Ya no está sudado, ahora trae el uniforme normal. Se ve tan bien. Se sienta en la banca a mi costado y se me va el aliento.
Ojalá alguien supiera lo que siento por él. Ojalá él lo supiera.
Tomo un post-it! de mi carpeta escolar y comienzo a garabatear estupideces.
Y entonces se me ocurre una de las peores ideas en mi vida.
Comienzo a escribir...
❝Hey Jean.
Supongo que esto debe ser incómodo. ¿Quién deja notitas entre las libretas de un chico? Bueno, esa soy yo.
Lo lamento, en serio lo hago, pero llevo tiempo guardándome todo esto.
No puedo más.❞
Aprovecho que todos nos paramos a calificar un par de actividades y la pego rápidamente en una libreta a lo tonto...
No me arrepiento. Digo, ¿qué podría salir mal?
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hey, Jean! (Versión larga)
Teen Fiction«Hey, Jean. En serio, disculpa mi anonimato, pero quería decirte algo importante: ¡Me encantas!».
