2 LOGAN Y TAYLOR

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    LOGAN

Es muy posible que se haya llevado una imagen equivocada de mí, aunque no tan equivocada, después de todo. Es como si mi sobrenombre fuese "problemas" digamos que es algo que llevo en la sangre, por algo soy lo que soy. A fin de cuentas la opinión que tenga sobre mí, me da igual. Como siempre voy con un paso por delante de los demás, uno más que los de ahí arriba, estén donde estén. Cuando haya terminado con mi objetivo todo habrá acabado, y yo habré conseguido obtener lo que era mi bien más preciado. Seré libre, dejaran de torturarme.

Pero... a todo esto, hay algo que no termino de entender, hay algo que no encaja, y que los poderosos de ahí abajo me esconden...

Mi teléfono vibra en mi bolsillo, lo saco y contesto a la llamada, una voz gutural y rasgada suena al otro lado de la línea.

- ¿Has conseguido algo?

- Si, la he encontrado, y ya he comenzado a acercarme a ella.-respondo a la voz.

- Pues ya sabes lo que tienes que hacer, obsérvala en todo lo posible, y tráetela al lado oscuro, la necesitamos y no podemos echar mano a su poder si no forma parte de uno de los nuestros. Hazlo y serás recompensado, ya lo sabes.

- Si, ya os escuche la primera vez...pero... ¿Por qué todos vais detrás de esta muchacha? Es como todas las demás.

- No te confundas.- ruge la voz, por un momento tengo que alejar el teléfono de mi oído- esta chica es muy diferente...no hagas preguntas que son estúpidas, haz lo que tienes que hacer.

Prefiero acabar con esta llamada, antes de que yo me quede sordo. No me gusta hablar por teléfono las cosas, no lo soporto, no hay nada mejor que decir las cosas a la cara.

- No fallare.- y con las mismas cuelgo, y me adentro entre las sombras, las que siempre han sido mi hogar... o al menos lo fueron cuando esa molestia en mi espalda comencé a sentir.

Si no me quieren contar nada, tendré que descubrirlo por mi solo, no sería la primera vez.

Taylor

No hay que ser muy inteligente para saber que los mayores no están de muy buen humor, que digamos. Según me acerco a la sala de reuniones puedo distinguir quien está presente. Los gritos se oyen desde lejos, es decir, que tienen que hablar sobre un tema realmente importante.

- ¡Tenemos que actuar ya, si queremos conseguir algo! Los caídos nos llevan ventaja, aun estamos a tiempo, no podemos dejarles poseer el arma.- esa es la voz del arcángel Miguel.

Miguel, es el que más poder tiene ante todo ángel, ante toda criatura, gracias a él ganamos la guerra contra Satán, es a lo que se le denomina un Dios, pero sin serlo.

- Taylor ha sido informado, hará el trabajo a la perfección, podemos confiar en él, siempre lo hace.- voz de Gabriel.

Gabriel es uno de los arcángeles más peligrosos, se encarga de castigar a los que cometen errores, castiga almas, el se encarga de arrancar las alas de los ángeles y de expulsarlos del paraíso.

- ¿Realmente seremos capaces de matar a uno de los nuestros? Ella no ha hecho nada para merecer algo así.-anuncia Haniel.

Haniel, arcángel del amor, de la belleza, de la locura.

Es mi turno de interrumpir, simplemente abro la puerta y me detengo en el umbral.

- Yo me encargare de esa muchacha por eso no os preocupéis, no hay nada que se me resista, de todas formas tampoco podría decir que no,- le echo una mirada a Gabriel - ¿Verdad?

- En efecto.- me contesta con una sonrisa.

- Pero... ¿Por qué sacrificar a un ángel? Que aun no lo es...no ha empezado a desarrollarse, digamos.

Haniel tiene toda la razón, si no ha cometido ningún delito, no tiene por que morir, pero no solo eso me extraña, si no, la forma en la que la han llamado "arma".

- No te equivoques viejo amigo...ha empezado a cambiar, poco, pero lo ha hecho.- Gabriel se acerca a mi.- aunque...nunca llegara a ser una de nosotras, su destino es el sacrificio, para ello nació y si la poseemos, podremos ganar la última batalla.

- ¿Y cuál es el fin de esa supuesta guerra?

- Eso es confidencial, tú tráenos a la chica y habrás cumplido con tu cometido.- me ordena Miguel.

Soy un ángel, mi deber es obedecer sin rechistar a mis mayores, aunque tenga el inconveniente de no saber que está ocurriendo en estos momentos. Si un ángel no obtiene su objetivo por revelarse ante los arcángeles, seria severamente castigado. Por suerte llevo algo ganado, como los datos personales de esa chica, y puedo utilizarlo en mi favor.

- Muy bien, no fallare.

- Así, desciendo desde los cielos para comenzar mi búsqueda de tal criatura, de nombre...Giovanna. 

Logan

Voy unos cuantos pasos por delante del supuesto enviado del cielo, lo sé, no he percibido ningún poder sobrehumano por ninguna parte. Se creen superiores de otros seres, nosotros los caído somos iguales que ellos. No, mejor que ellos. Somos más crueles, más despiadados, pero gracias a ello podemos sentir y probar todo lo que ofrece la naturaleza a los humanos: los sentimientos, el tacto, el gusto por los alimentos... todo ofrece unas sensaciones satisfactorias, de las que los ángeles se privan. Mis alas, mis preciadas alas es lo único que echo de menos, al caer Gabriel se encargo de que me fuesen arrebatadas, pero los grandes caídos también tienen, son diferente, son plumas duras y negras, pero son alas, si las tuviese, la molestia, el dolor desaparecería. Tan solo tengo que conseguir que Giovanna cometa el mínimo error para llevarla a mi terreno.

No entiendo porque el cielo y el infierno la buscan con tanto ahínco, es un arma...pero... ¿Qué tipo de arma exactamente?

¿Y porque me pregunto tantas cosas? Solo tengo que cumplir y ya está...no puedo, algo me lo impide, es algo que ella lleva encima...no me deja pensar con claridad.

Llevo siguiéndola desde que salió del instituto, se está acercando la noche y al parecer los alumnos tienen pensado hacer una fiesta. Es una buena oportunidad, espero que salga de su casa y vaya a dicha fiesta. En estas celebraciones sin sentido, es donde los adolescentes cometen un número grande de actos pecaminosos.

Y si tengo pensado asistir, lo mejor será que me vaya a mi casa, tendré que darle a Giovanna una alegría al cuerpo con mi perfecta presencia...palabras suyas. 

En guerra celestialWhere stories live. Discover now