Esto, no tiene fin.

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Mal de amores... iba camino a casa, había
tomado vacaciones para descansar de lo que me agobiaba, mi madre estaba ansiosa por volver, yo creo que todos, pues al volver, cada uno de nosotros enfrentaría a sus demonios de diferentes magnitudes, cada quien se vería obligado a combatir contra los problemas.
El camino se hizo eterno, más cuando tu recuerdo se aproximó, saber que te volvería a ver me tenía desesperada, con mareo y ansiedad, nos habíamos distanciado mucho en vacaciones y era momento de hablar, mi corazón cada vez que escuchaba tu voz, se aceleraba amenazando con querer salir de ahí.

Por fin llegamos a casa, poner un pie fuera del carro me dio temor, tenía ganas de salir huyendo, no estaba preparada para entrar en lucha permanente, pero lo hice, tuve que bajar, subir las escaleras para llegar a casa eran como agujas clavadas en el pie, malos presentimientos llegaron a mi mente y me sentí insegura, estuve trabajando todas las vacaciones en mi carácter, y esta, era la primera vez después de hace mucho que me sentía así, con todos los nervios posibles.

Hubo escasa esperanza en que las cosas por fin saldrían bien, el año pasado había sido una locura, estuvo lleno de malas desiciones y todo se salió de control, pero llegó la esperanza gracias a él, me dijo que había vuelto y mi corazón simplemente dió un vuelco, tenía una sonrisa de punta a punta pues mi amor estaba de vuelta, sabía que lo vería al día siguiente y eso me estaba matando, así que solo tuve que esperar con paciencia.

Llegó, el día tan esperado, iba caminando, cuando lo ví, no sé exactamente cómo describir ese momento.

Estaba ahí, con su altura de costumbre, con su piel pálida y su suéter, cuando estábamos a pocos pasos pude percibir su aroma, su recuerdo me había pisoteado, en cuanto llegó a solo centímetros, sus ojos negros y profundos me hicieron ahogarme de desesperación mirándolos fijamente, fue como antes, cuando las cosas eran buenas, se acercó para darme un beso en la mejilla, y en cuanto hizo eso, sentí una descarga eléctrica que siento en este momento con tan solo recordarlo, caminamos hasta llegar a unas bancas y poder hablar, yo estaba temblando, y la temperatura no estaba ayudando, sentí mi corazón en la garganta al ver sus ojos de nuevo, esos ojos tan indescriptibles, con esa mirada penetradora.

Estuvimos charlando y me sentí a salvo, de vuelta en casa, como si ese fuera mi lugar, el me abrazó y la tranquilidad llegó, estaba tan feliz que parecía un sueño, pero como ya lo sabía, si estaba muy feliz solo podía significar que pronto estaría en las fosas de la tristeza.

Fue el reencuentro más lindo que pueden imaginar.

Llegó el momento de ir a casa y, llegó ese mal presentimiento de nuevo, los demonios en mi cabeza me lo advirtieron, y al momento de verlo marchar supe que las cosas estarían mal.

Llegue a casa, sintiéndome vacía, sin ganas de nada, no tenía apetito y últimamente cuando comía tenía la necesidad de rechazarlo, no se que me pasaba, por fin las cosas estaban siendo buenas y algo malo estaba apunto de ocurrir.

Él no habló más, hasta el día siguiente, eso me hacía tambalear, pero esta bien, de todas formas no ganaba nada preocupándome, él tenía cosas que hacer y yo debía entender.

Ese día no lo vi más hasta el siguiente, vino a la casa y hablamos de cosas importantes, otras no tanto y hubieron muchos abrazos, pero se tuvo que ir, y pasó lo mismo, él no hablo más hasta el día siguiente.

Llegó el día siguiente y me sentía fatal, demacrada, él no había hablado pero estaba dejando de mortificarme, esto era por mi y necesitaba saber que pasaba conmigo, mi cuerpo rechazó el alimento, no había comida en mi estómago y la ansiedad estaba matándome cada vez más, empecé a tener pensamientos malos, y sentirme acorralada, no lo vi hasta la tarde, que lo invité a caminar un rato por el bosque, él prefirió a sus amigos y se fue antes, dejándome desprotegida de los lobos que aullaban en la noche, se fue oscureciendo cada vez más y las bestias de la noche estaban apunto de salir, mi caminar era igual que la de un borracho, estaba en un momento de pánico, hasta que me atacaron, me desgarraron el corazón y dejaron, estaba destrozada emocionalmente pues había escuchado cosas que no debía escuchar así que me senté un rato a meditar, estaba desolada y quería la compañía de mi chico, así que le llame, sin obtener una respuesta mi corazón se destrozó, él estaba ocupado, no debí llamar, hasta que después contesto en mensajes y mi corazón volvió a palpitar, mi caballero venía en busca de su princesa, la luna estaba amarilla y completa, pude pensar que era el sol.

El tiempo transcurría demasiado lento y me sentía desprotegida en ese lugar, no veía la hora en que apareciera.

Lo hizo, llegó y corrió a mis brazos, me sostuvo en ellos y me sentí a salvo, las cosas parecían mejorar, cuando... una especie extraña a mi mente llegó, se llevó a mi chico dejándome en el suelo, yo con desesperación me empecé a golpear, mi mente tenía su conflicto, las voces me decían y obligaban a hacerlo, pero el dolor y conciencia me mantenían presentes, las voces me derrotaron y empecé a golpear mis piernas con una piedra, se apoderó mas de mi y llevo la piedra hasta la cabeza dejándome totalmente mareada, empecé a comer pasto, mi cuerpo pedía algo, todo empezó a dar vueltas, la tierra de pronto giraba con tanta rapidez que podía en cualquier momento salir volando, sentía fría cada extremidad de mi cuerpo, a pesar de que el clima no ayudaba, esto no era gracias a la temperatura, a lo lejos lo observé y con la piernas mutiladas llegue hasta donde estaban, la bestia se fue, y él me abrazó, vaya, mi cuerpo estaba mareado,

Aun no terminaba esto, y solo era el comienzo, empezó un interrogatorio, no sabía que ocurría y me empezó a cuestionar, la bestia le había dicho cosas que no pude escuchar, me sentí fatal... de pronto vi algo extraño en su cuello, era una clase de pellejo que no era echo de su misma carne, me empecé a sentir desprotegida así que me acerqué lo suficiente para arrancarle eso, era una máscara, echa perfectamente a su medida, con todos y cada uno de sus rasgos físicos, ¿que había debajo de la máscara? Estaba una especie que no pertenecía a este planeta, en ese momento estuve insegura, las dudas empezaron a llegar hasta que sentí un golpe demasiado duro por detrás de mí, yo perdí la conciencia.

Si esperaba que las cosas fuesen como antes, estaba en un completo error.
Todo estaba apunto de empeorar.

Pequeños grandes problemasWhere stories live. Discover now