6 meses sin tí (Carta a mi abuela)

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Querida Yaya,
Hoy hace seis meses desde que te fuiste y tengo ganas de llorar pero a la vez no. Siento que mi cabeza está dispersa, que no debería estar así, al fin y al cabo, todo pasó y ya no debería ponerme de este modo... Pero no puedo evitarlo. Te echo de menos.
Ayer por la noche no podía parar de llorar al recordar todo lo que te prometí en vida, que no pude y ya no puedo cumplir.
Prometí en 2018 ir juntas en Semana Santa de Andalucía y no lo hice. Prometí darte los buenos días por la mañana en tu televisor... Y esto ya no es porque no lo haya cumplido, sino porque no me ha dado tiempo a hacerlo.
Tengo miedo. Ahora, me da miedo llegar a ser presentadora de televisión sin ti... ¿Qué cursi suena, no? Pero es cierto. Ayer pensándolo no paraban de salir lágrimas de mis ojos, ya que sin ti, no tengo tanta motivación por llegar a serlo.
El recuerdo del 29 de julio de 2018, cuando aún seguías respirando con los ojos cerrados porque el sedante era demasiado fuerte, pero sabíamos que ya no había ninguna esperanza de vida y la mama te dijo: <<Mira mama, está aquí la Leire va a ir a la Universidad que tu querías y será presentadora... ¿¡Iremos a verla a la graduación!?>>.
Pero eso nunca pasará porque ya no estás.
Medio año es el tiempo que llevamos sin tu voz, sin tu sonrisa, sin tus cantares y sin tu mirada...
Medio año que se ha hecho un sufrimiento eterno desde que te fuiste por culpa del maldito hospital que no obedeció las ordenes de quiénes debían....
Medio año no, más... Es el tiempo que me gustaría volver atrás para repetirte cuanto te quiero y abaratare una última vez...
Agradezco el haber podido disfrutar de ti:
La primera vez fue cuando fuimos de crucero, dormía contigo en el camarote y todas las mañanas me traías el desayuno.
Agradezco el quedarme en tu casa a dormir, en tu cama, levantarme y escuchar tu voz diciendo:<<¿Qué quieres para desayunar?>>. Y a medida que me fui haciendo mayor, me lo preparaba yo del mismo modo que tu me lo preparabas. Aunque si te soy sincera, en aquél entonces le hubiese dicho a la Leire del pasado que ya tendría tiempo de móvil y que aprovechase a hablar más contigo.
Aquella canción de Antonio Molina que era tuya: Camino Verde.... Y básicamente la letra de la canción decía lo mismo que yo sentía el día que te fuiste.
Agradezco todas las veces que venías a Barcelona y te quedabas en mi habitación... Ojalá no hubiese tenido tantos exámenes, podría haber disfrutado de ti más de lo que hice...
Agradezco el haberte acosado a preguntas sobre tu infancia, porque aunque no me dabas respuestas largas, ya sé más que personas que supuestamente te querían más que yo.
Me pregunto si durante aquellos días de verano eras consciente de que te ibas a morir, pero yo creo que sí lo eras, sabías que estábamos contigo y que si hubiese sido por mi, me hubiese quedado contigo hasta tu último aliento, pero por otras razones, no pude...
Estés donde estés quiero que sepas que sigues siendo la luz de mi vida y la que con una sonrisa cambiaba mi manera de ver la vida...
TE QUIERO,

Atte.
Tu nieta.

En cambio noWhere stories live. Discover now