Capítulo 6

32 2 0
                                    

 Tal y como dije ayer, aquí tenéis el capítulo extra como recompensa por no subir la semana pasada.

Al primero que me comente en la última publicación de instagram diciéndome que le ha parecido el capítulo, le dedico el siguiente. Así que corred para ser los primeros.

Espero que lo disfrutéis.

Después de cambiarme aquel traje tan formal por unos vaqueros, una camiseta blanca y unas deportivas cogí mi cartera y silenciosamente salí de mi habitación para ir al jardín. Tenía que admitir que con los años mi práctica en el arte del sigilo se había desarrollado bastante. Si mi memoria no me fallaba tan solo me habían pillado 4 veces en 3 años, para mí es todo un logro.

Desciendo las escaleras del segundo y del primer piso para dar a un pasillo largo con 3 guardias apostados en las paredes. Me pegué a la pared de mi derecha entre las sombras y fui avanzando hacia la segunda puerta por la cual entré. Siempre había tenido la sospecha de que los guardias  me veían, pero por alguna razón o les daba igual lo que hiciera por las noches para escaparme o tenían órdenes de ignorarme. Y estaba seguro de que era la segunda opción.

Una vez dentro de aquel despacho, el cual solo servía para visitas familiares, me dirigí hacia la pequeña terraza que daba directamente al jardín donde horas antes había estado con la princesa rusa. Salté los pocos centímetros que había de altura sin olvidar dejar la puerta de la terraza entreabierta para volver a entrar a mi regreso. Sacudí mi ropa y me dirigí al lugar de encuentro. Me senté en uno de los bancos mirando la fuente, que ahora se encontraba iluminada por luces azules, esperando a Eric. Esos momentos de paz era algo que no cambiaría nunca. Allí, mirando la fuente en completo silencio podía verme a mí mismo. Sin corona, sin deber, sin ropas ostentosas. Veía un chico al que le habían privado de tantas cosas...Apenas tenía amigos, las chicas se me acercaban por mi posición no por mi interior , no podía comportarme en público como realmente era, pero por las noches algunas de esas cosas cambiaban. Necesitaba dejar de sentirme presionado por unas horas para sentirme libre por otras tantas.

-¿Qué haces ahí parado?-Eric apareció de tras de mí riéndose- Vámonos se nos hace tarde.

Pero yo no me moví. Algo me retenía y me decía que no era correcto. Lo que me dijo mi madre aquella mañana seguía rondando por mi cabeza.

-Álex- insistió Eric impaciente- tío, ¿qué te pasa?

Eric me miró y tiró de mi brazo obligándome a levantarme.

-Nada, no me pasa nada-dije deshaciéndome de su agarre.

-Oye- Eric me cogió de los hombros, lo miré cansado- sé que tu trabajo es agotador, pero por eso mismo necesitas salir y despejarte. Cuando empieces con los chupitos seguro que se te olvida todo lo que esté rondando por esa cabeza tuya.

-Tienes razón-derrotado pensando que el alcohol sería mi mejor opción para olvidar decido seguirlo. Eric se da la vuelta y comienza a marcharse conmigo pisándole los talones.

-¿Se marcha alteza?-una voz clara me deja paralizado en el sitio. No podía tener tan mala suerte. Me di la vuelta despacio y lo que veo me saca de lugar. La princesa ya no parecía ninguna princesa. Por primera vez desde que llegó no la veía como tal. Llevaba puesto unos vaqueros y una camiseta de colores, además de unas manoletinas. Pero lo que más me sorprendió fue el pelo. El moño tirante que traía junto con la corona había dado lugar a un pelo largo y liso sin ningún tipo de adorno. Casi le llegaba a la cintura. Su mirada azulada seguía esperando mi respuesta, pero Eric se encargó de responder por mí.

-Si, nos vamos. ¿Te vienes guapa? - Anastasia alzó la ceja mirándome y por un momento pensé que iba a pulverizar a Eric por su falta de respeto hacia ella. Pero para mi sorpresa no lo hizo.

-No, gracias- dijo sin más- no soy muy de fiestas.

-Pues tú te lo pierdes- contestó Eric- ¿quién eres a todo esto?

-Ella es...-comencé a presentar a Anastasia, pero ella misma me interrumpió.

-Soy una amiga-contestó secamente. Al parecer no quería que Eric se enterase que era de la realeza.

-Chaval, pero si tienes tías hasta dentro del palacio, muy hábil-y fue en aquel momento donde todo se fue a tomar viento. Eric se había pasado. No solo le había faltado el respeto a una mujer que no conocía de nada, sino que por ser mi "amiga" ya la trataba como a una cualquiera y eso fue algo que no toleraría.

Los puños de Anastasia estaban apretados, dios mío se le iba a echar encima y yo desde luego no la detendría. Yo también estaba cabreado.

-¿Perdona?-preguntó Anastasia con rabia.

-Eric mejor vete, ahora te alcanzo- le dije con el único propósito de que no despertáramos a medio palacio.

-Date prisa- dijo antes de dar media vuelta y marcharse por donde había venido.

Todo se quedó en silencio. La mirada dura de Anastasia seguía sobre mí.

-Siento mucho lo que ha dicho mi amigo. Estoy seguro de que no lo ha pensado bien- la verdad no sé porque disculpaba al idiota de Eric, pero no quería que hubiera tensión entre la princesa y yo.

Ella, por su parte, se dio la vuelta y se dirigió al mismo banco donde habíamos estado sentados por la mañana y tomó el libro que había dejado sobre él. Volvió a mirarme, pero esta vez con la expresión más relajada.

-He oído muchas cosas sobre ti- por primera vez me estaba tuteando, me sorprendió bastante- y he podido comprobar que algunas son ciertas.

Bajé la mirada un poco avergonzado. No sabía que se hablaba de mis actividades nocturnas y que lo supiera ella solo hacía que sintiera vergüenza.

-No sé porque harás esas cosas, pero estoy segura de que puedes demostrar quién eres de otras maneras mucho más correctas que esas.

Y dicho esto se dio la vuelta y comenzó a alejarse en dirección al palacio.

-Espera- le dije acercándome unos pasos. Anastasia se paró y se giró lo justo para mirarme- ¿eso ha sido una advertencia?

-Eso ha sido un consejo- dijo sonriéndome mientras desaparecía por aquellas puertas.

No sé cuánto tiempo estuve mirando el lugar por el que había desaparecido Anastasia, pero un sonido vibrante me sacó de la ensoñación.

Eric me estaba mandando mensajes al móvil.

"O vienes ya o me voy sin ti"

Suspiré. Volví a mirar las puertas una última vez antes de atravesar el jardín y salir por la puerta del servicio tras Eric.

Por primera vez en mi vida sabía que estaba cometiendo un error. 

Espero vuestro voto.

Nos leemos el próximo sábado mis nubecillas de algodón.

A partir de ahora todo lo relacionado con las actualizaciones o adelantos lo comunicaré por mi cuenta de instagram, no os perdáis nada.

Instagram: aurora_ramos13

Anillo por compromisoWhere stories live. Discover now