Últimas Palabras

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Últimas Palabras

Ah... ¡Que frio hace!

Aun las 5:30 am, los astros estelares siguen allí observándome,

 pronto seré uno de ellos, por ello escribo mientras puedo.

Han pasado apenas un cuarto de hora desde lo sucedido, 

 durmiendo me encontraba, tranquilo y solo en mi cama.

Hace ya mucho tiempo, que solo fantasmas me acompañan.

Donde estoy no es donde vivo, o al menos no donde había nacido,

 pues me fui desde muy joven, buscando mi sueño recurrido;

 logre conseguir lo que quería, si tuviera tiempo, más detalles les daría, 

 pero en pocas palabras les diré, cabaña, naturaleza, buena comida y paz, era lo que mi alma pedía.

Largo camino recorrí, que hasta quede sin zapatillas, 

 mis pies muchos callos tienen, pero no es una pena perdida.

Me quedan un par de minutos, mi experiencia médica me lo dice, 

 así que no perderé tiempo, pues ya no tendré cicatrices...

Alguien lo ha enviado, aunque no sé qué le hice,

 pero creo que lo ha logrado, él al fin se ha vengado,

 llego como Cristo lo hará, en su segunda venida,

 como ladrón por la noche, buscando almas redimidas,

 pero este no era un dios, aunque pensé que era un ladrón,

 hasta que su arma enfundada, saco y me disparo;

 no me dejo hablar, ni preguntar el "¿por qué?", 

 de su estratégico disparo no me pude proteger,

 dio cerca del corazón, creo que eso planeo, 

 quería que agonizara, antes de mi último adiós, 

 salió corriendo sin cerciorarse si me había quitado la vida, 

 tal vez él ya sabía, que la muerte pronto vendría.

Rodé hasta caer de mi cama, estaba dispuesto a escribir, 

 estas últimas palabras, mis memorias dejar aquí, 

 por ello con esfuerzo me arrastre dejando así, 

 un mediano rastro de sangre, por donde a gatas recorrí,

 logre alcanzar unas hojas, tinta, pluma y escribí, 

 todo lo que has leído hasta hora de este moribundo Serafín...

Ah ¡que frio hace! Sin tinta me quede ya,

 pero ¡No puedo parar! mi testamento debo terminar,

 usare la tinta escarlata que está brotando de mí, 

 pues ya en unos minutos, mi amada llegara al fin.

Que bello, ya está amaneciendo, nadie morirá nunca así,

 mejor que como lo hago, vi las estrellas, el amanecer, y hasta un poema escribí,

 solo para disculparme, de mi abuela, mama y hermana, 

 por todo lo que un día hice, y todo por cuanto no dije...

Abuela mi dulce anciana, perdón por no llegar a los 60 y maldecir mucho a tu dios,

 si existe el castigo divino, el ahora ya lo envió, 

 me criaste católico solo para llevarte la decepción, 

 de que ya en mi adolescencia Satán a su camino me guio...

Mama mi dulce anciana, me fui y te deje sola, 

nunca te agradecí, todo lo que desde niño tú siempre hiciste por mí.

Lamento no haberte dado, la vida que prometí,

no ser aquel arquitecto y ser en lo que me convertí...

Hermana mi dulce niña, ejemplo fui para ti,

 pero no sigas todos mis pasos, pues por mucho vas vivir...

Ah ¡que frio hace! No creas que me olvide de ti... 

 Te conocí cuando era un niño, el mismo sueño tuvimos,

 soñamos con ser músicos y cantarle juntos al amor,

 pero lamentablemente, soy imperfecto corazón, 

 siempre todo arruinaba, y eso al final nos separó.

Volvimos a estar por momentos, mágicos diría un narrador

 de un hermoso cuento de hadas que en el bosque encontró.

Quiero decirte un te amo, ya que mí tiempo se acabó...

Ah ¡que hermoso!, el sol ya saliente, 

 y una figura negra que suave se postra al frente;

 es ella a quien esperaba, para abrazarla por siempre,

 una última cosa quiero cantar hacia extenso el oriente...

"Después de esta corta vida, si existe la reencarnación,

con ustedes quiero estar, mis cuatro gemas que llevo en mi corazón..."

Ah ¡el frio desaparece! ya a ella la tengo en frente, 

 silenciosa y elegante, con velo negro, llego de repente.

 Me voy con mi hermosa amada, de rostro de calavera,

 Adiós mis cuatro gemas, pronto volveré a verlas...

-ETHAN XEC

Cuentos de una mente negraWhere stories live. Discover now