Cuentos de una mente negra

Melodía

Melodía

En una habitación sin luz, y un ambiente muy tétrico

 estábamos mi mejor amigo y yo. 

 Él es muy callado, no le gusta hablar conmigo, 

 aun así lo sigo a todas partes, lo sigo y lo observo cuando está dormido;

 nunca se da cuenta, pero tampoco dice algo al respecto,

 lo conozco mejor que nadie, por lo cual no es falta de respeto.

Esta noche es distinta, mas deprimido de lo normal se encontraba,

 fumándose un cigarrillo sobre una mesa vieja, encontrada abandonada, 

 escuchando la música más triste, una que, succiona tu espíritu a través de tus orejas,

 una que te lleva al limbo más oscuro que el silencio.

El silencio, era nuestro nuevo acompañante una vez se terminó la tonada, 

 abrazándonos sin soltarnos como la brisa que se entró por la ventana.

 Mi amigo encendió otro cigarrillo y yo le decía que no lo hiciera,

 aun así el me ignoro como que si yo no existiera.

 Grite muy fuerte, muy fuerte y aun así él no me oía,

 o tal vez solamente, era porque no quería; 

 Un fuerte terremoto entonces allí se oyó, 

 un fuerte lamento y llanto que de su garganta se escapó.

Me empezó a relatar, que era lo que sentía, 

 pero por su frustración hizo que no me veía, 

 yo estaba allí para consolarlo, pero primero deje hablarlo,

 me contó sobre su amada, por la que siempre lloraba,

 era la primera vez, que desidia contarlo 

 (pero todo fue tan fuerte, que se hizo su historia corta)

Citare todas sus palabras para que no se escape detalle:

"Oh dulce Melodía, no sabes cuánto te extraño, 

 eres la razón muerta, de mi doloroso llanto,

¿Porque tuviste que hacerlo? Eso nunca lo sabremos,

Tal vez nunca fue tu culpa, Nunca, fue idea tuya..."

(Quiero abrir un paréntesis, pues creo que es necesario,

Su cuento parecía más canción que un relato, 

 aunque esto no era raro pues era un músico nato, 

 hasta aquel trágico día, que nunca más siguió cantando,

 bueno tal vez no canciones de amor, 

 más el desamor se convirtió en su lírica,

 era su más perturbadora y hermosa poesía...)

"Oh Melodía, mi dulce amada, (continuo lo que decía) 

 recuerdo cuando eras mía, 

 nuestras mentes muy unidas 

 en la misma fantasía;

No puedo escribir bonito, 

 pues no quiero y me retiro