Capítulo Dos.

5.8K 527 48
                                    

Lo vi incrédula, ¿En verdad dijo eso? Mis oidos afirman haberlo escuchado, pero mi cabeza se niega, ¿Cómo es posible? Si hace solo unos segundos estaba impactado por mi inesperada actitud.

Trate de contener mi sonrisa, ¡Ha reaccionado mejor de lo que esperaba! ¿Realmente era esto? ¿Bastaba con seducirlo para tenerlo a mi merced?

Salté del susto cuando lo vi ponerse de pie, supongo que mi silencio lo aburrió, pero no pude evitar perderme en mis sucios pensamientos. Tragué saliva cuando lo tuve enfrente, a veces olvido nuestra gran diferencia de altura.

—Te ayudaré…—me tensé cuando agarró delicadamente mi mano para darme una vuelta, la cual hice torpemente, pues estoy muy nerviosa. Mi excusa es que no estoy acostumbrada a su seductor tacto —Uhm... —lo vi atenta cuando suspiró ronco, parece tan entretenido examinándome —Se mira apretado, ¿No te duele? —rápidamente me sonrojé cuando sus pupilas se dirigieron a mi cara, no había notado lo cerca que estamos.

—Si, me aprieta un poco —susurré juguetona, cayendo en cuenta que tengo la puerta abierta para pedirle lo que tanto anhelo —¿Por qué no me lo quitas? —interrogué llevando las cosas un poco más lejos.

Hubo un silencio... no diría que incómodo porque me encanto, y espero jamás olvídarlo, porque es la primera vez que veo picardía en sus ojos y boca.

—Ahora…—jugó con los tirantes de mi baby doll. Le agradecí al cielo sonriente, ¡Estoy segura que lo haremos! —Estoy cansado, quizás otro día —borré mi sonrisa, ni siquiera me dio tiempo a responder porque se alejó, claro, sin antes pasar tocando mi mentón delicadamente, quizás para que la caída al concreto llamado "realidad" no me doliera tanto, posteriormente se tumbó en la cama —Y sobre tu pregunta... siento que esa clase de ropa no es la adecuada para dormir, ¿Por qué no sigues usando tu pijama de algodón? —preguntó de lo más inocente.

Me le quedé viendo como estúpida, esperando a que todo fuera una pésima broma, pero cuando agarró su celular y se dispuso a verlo, respiré profundamente..

¿En serio…?

Le di la espalda indignada, ¡Quiero quemar todo! ¡Es un desgraciado! Es decir, si no quería hacer nada ¿Por qué encenderme? ¿Acaso tuvo idea de cómo sus ojos me quemaban? ¿De cómo su tacto me ahorcaba? ¿De cómo sus malditas palabras calentaban mis oidos?

Roja de la furia fui en busca de mi ridícula pijama, al encontrarla me dirigí al baño molesta, incluso fui capaz de azotar la puerta, pero rápidamente me arrepentí, ¡No puedo ser tan infantil!

Al final, debo admitir que su reacción fue muy respetuosa... es decir, pasé la raya que nos mantenía en una relación distante y monótona, cualquiera se hubiera incomodado.

Tiré mi ropa al suelo y fui al lavabo a mojar mi caliente rostro, ¡Maldito calor infernal, libera mi cuerpo de tus sucias garras!

[…]

Tomo un poco de mi humeante taza de té mientras intento disfrutar del paisaje que me regala la ventana, pero solo hay enormes casas con estructuras simples. Creo que por fin entiendo la incomodad que Johan siente al quitar las cortinas, pues solo se disfruta del sol.

Pasé los dedos por mi frente estresada, ¡Lo que menos quería era recordarlo! Porque aunque quiera negarlo si me molestó su actitud, si, quizás estaba cansado pero… no debió calentarme de esa forma.

Gracias a eso no pude dormir, porque a cada minuto lo volteaba a ver, insegura por cualquier movimiento, asustada por causarle incomodidad con mi presencia, pero el desgraciado durmió como un ángel.

Dejé mi taza sobre la mesa de mármol, y me senté en uno de los taburetes, ¿Qué se supone que haga ahora? Podría actuar normal, como si nunca lo hubiera seducido pero creo que eso solo lo hará incómodo. O puedo seguir, no sería una mala opción pues sé que no se molestó a la primera.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now