Capítulo Diecisiete.

2.6K 239 12
                                    

—Mm, ¿Es ella? —con confianza se acercó a mi hasta detenerse a unos centímetros de mi cuerpo, después se dedicó a verla entretenida —Que guapa es —se mordió la uña hambreada —Su apariencia me recuerda tanto a un chico inexperto que conocí hace unos años…—disimuladamente sus ojos se centraron en mi.

—¿Inexperto? ¿Te refieres a mi?  —agraciado me aparte unos cuantos pasos, con las manos metidas en las bolsas de mi pantalón. Estoy sudando mucho, y no sé si es porque este bendito clima es caluroso o porque la tengo cerca.

Riéndose se cruzó de brazos, luego me siguió divertida. Desvíe la mirada ansioso, la presión que mantiene con esa pose hace que su escote sea más visible.

—Cariño, ¿Olvidas quien te enseño todo lo que seguramente le haces a esa pobre chica? —interrogó dándole una sarcástica ojeada Verónica, misma que parece malditamente entretenida con Andrew.

—¿Qué te hace pensar que contigo aprendí todo lo que sé? —pregunté viendo a ese par desconfiado, ¿Debería preocuparme el tiempo que llevan hablando? No confío en Andrew, ¿Qué mierda le estará diciendo?

—¡Discúlpame! ¡Es cierto! Cuando conocí a mi Johan no era para nada inexperto, “era un chico grande” “Que sabia todo sobre el sexo y sus consecuencias” —se encargó de recordarme las idioteces que decía. La volteé a ver con una sonrisa llena de grima, Dakota lo notó y no tardó en echarse a reír, deshaciéndose de su elegante postura —Ay, perdón —difícilmente fue reponiéndose, tocando su abdomen seguramente por las carcajadas —Pero hablando en serio, supongo que tienes razón, solo te enseñé a ser resistente.

—Si claro —fastidiado quise terminar con la conversación pero ni siquiera me dio la oportunidad de dar un paso porque agarró mi brazo, para luego atraerme hacia su cuerpo.

—Mm, no nos hemos visto en años, ¿Serás tan grosero cómo para no invitarme a bailar? —interrogó coqueta, masajeando las venas de mis manos.

Le sonreí, para después entrelazar nuestras manos. Miento si digo que esta sensación no me trae nostalgia, recuerdo bastante bien la textura de sus dedos delgados, así como lo frío de ese anillo de plata con forma de serpiente.

—Por supuesto, de hecho iba hacerlo —con la otra mano agarré su delgada cintura para atraerla a mi cuerpo. A esto, sus rojizos labios formaron una sonrisa cargada de orgullo, y no pasó mucho para que comenzara a moverse acorde a la sensual música de fondo.

—Ahora que lo pienso… creo que es la primera vez que bailamos así, al aire libre, sin escondernos —resaltó feliz.

La miré distraído, lo recuerdo, las veces que nos cansábamos de escondernos teníamos que salir de la ciudad para por lo menos salir tomados de la mano, y ni siquiera eso era suficiente porque siempre había una persona que la conocían.

—Es cierto…—murmuré dándole media vuelta, con eso, el escote de su espalda quedó a mi merced —¿Sabes? —divirtiéndome la atraje a mi  —Hace un momento deseaba bailar con alguien este tipo de música —admití moviéndome suavemente contra su cuerpo, ella jadeo sorprendida —Pero… ¿En serio crees que anhelaba hacerlo contigo? —Me agaché a la altura de su oído —¿Después de la sarta de estupideces que usaste para alejarme de ti? “¿Por qué no vas con alguien menos engreído?” —después de recordarle sus palabras la empujé suavemente —Nos vemos, Dakota —me despedí, sin mirar su reacción.

Estresado me adentré en la arena dispuesto  a buscar a Verónica para largarnos, pero por mirarla noté que ella ya me estaba mirando; con un semblante sorprendido e inestable.

Dejé de caminar, ¿Desde cuando estaba viéndome? ¿Acaso vio como jugué con Dakota?

Mierda, por la carcajada contenida de Andrew, sé que si me vieron.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant