8. GRITAR

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Cuándo tocaste fondo hace falta gritar. Un grito te libera. Un grito te dice "- Hasta acá llegaste." Un grito te demuestra que hay que soltar todo lo que te está asfixiando.
Detrás de ese grito hay dolor, un pedido de ayuda indirecto. Pero nadie ve eso, sólo ven la locura que te dio en ese momento. Se te cruzaron los cables y te amotinaste. ¿Por que cuesta tanto ver el sufrimiento detrás de la rabia? Tal vez porqué es más fácil ver lo que queremos ver, que ver lo que el otro siente.
Vamos a lo fácil, vemos una "inmadurez", un pedido de atención, o simple rebeldía... Pero hasta el más maduro necesita, alguna vez, gritar para pedir ayuda o para desahogarse.
Todos nos quejamos de todo en algún momento, la vida no es justa. Hay que ser feliz con lo que se tiene. Pero hay cosas que si te las podés evitar, mejor. Una herida que no está bien cicatrizada se vuelve eterna, aunque no siempre la recuerdes, está ahí lista para salir cuándo menos te lo esperes. Lista para darte un nuevo golpe en el mismo lugar... Así, hasta que aprendas a entenderlo, aceptarlo y olvidarlo.
Nadie quiere sufrir, pero mucha de la felicidad cuesta demasiada tristeza. Hay gente que tiene un gran sufrimiento y vos pensás
"-¿Y yo me quejo de mi vida? " Uno sufre con lo que le toca y no nos podemos culpar por eso.
Gritar no está mal, enfrentarte a lo que sentís o a lo que te parece una injusticia es muy necesario, te vuelve el alma al cuerpo y te invita a seguir adelante.

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De mi corazón a tus pupilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora