El sol ya había salido hace unas horas. El príncipe y yo nos quedamos en la cama el resto del día. Parecía descansado, como si le hubieran quitado un peso de encima. Solo podía imaginar lo mucho que soportó y sus dificultades que nunca terminaron, estaba feliz de poder darle unos momentos de paz.
Dejando su habitación después de un largo beso y sonrisas, volví al harén y conocí a la asistente del harén, la señorita Fidan, quien vino con una gran sonrisa burlona en mi dirección.
- Felicitaciones, señorita, la ascendieron al patio de las favoritas. - Sus palabras, aunque gentiles, sonaban como si se estuviera burlando de mí.
Levanté una ceja y le sonreí. De hecho, la señorita Fidan fue muy dura con todas las sirvientas, había servido a Sultana Mahidevran durante muchos años y, por lo tanto, tenía el apoyo para gobernar el harén.
- Muchas gracias señorita Fidan, puedo ir a verlos? - pregunté, no queriendo continuar esa conversación.
Solo quiero encontrar a Zeynep y Şirin para explicar todo y comenzar mis preparativos. Después de años en el harén, tenía mis propios planes para el futuro y qué pasos tomar antes de regresar.
La señorita Fidan asintió y comenzó a caminar hacia el lugar que sería mi nuevo alojamiento. El príncipe Mustafa no ha tenido un favorito desde la llegada de Sultana Mihrünissa, por lo que no compartiría mi habitación con nadie más.
Después de llegar y buscar en cada lugar bellamente decorado, sonreí y me arrojé sobre la cama. Se acercaba mi hora, tan cerca que podía sentirla.
La puerta se abrió, lo que me hizo sentarme de repente y Zeynep y Şirin pasaron junto a ella y se acercaron a mí rápidamente.
- Rümeysa! Casi me mueres de susto, sabes? - Zeynep fue el primero en hablar y luego me abrazó en un fuerte abrazo.
Me reí y la aparté para mirar a Şirin, que parecía muy emocionada.
- Dinos todo! Cómo está el príncipe? Como fue la noche? - disparó preguntas una tras otra sentada a mi lado.
- Que estabas pensando? - continuó Zeynep con una mirada inquisitiva y me reí.
Empecé a contarlo todo, pero me dejé los detalles a mí mismo, anoche fue solo para mis recuerdos y los de Mustafa.
- Desde cuándo tenías eso en mente? - Zeynep preguntó después de que estuvimos en silencio por un momento.
- Hace un tiempo. - respondí avergonzado.
- Y no nos dijiste nada!
- No sabía si iba a funcionar, no quería crear expectativas.
- No le hagas caso, me alegro por ti Rümeysa.
- Yo también estoy feliz por ella! Pero este es un camino peligroso, tendrás que lidiar con cuatro Sultanas justo aquí! Por no hablar de la Sultana Hürrem, que tratar de matar al príncipe al menos una vez al mes. - Zeynep respondió y no pude evitar reír.
- Sabía en lo que me estaba metiendo, no hay necesidad de preocuparse. Tengo un plan.
- Tiene la intención de ser Sultana? - preguntó Şirin con curiosidad y sonreí.
- No, quiero ser La Sultana.
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