Capítulo IX

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Se sentía curioso del lugar al que lo llevaba aquel lobo, no le había dicho mucho, por no decir nada, al respecto.

De igual forma se dejó guiar por él tomados de la mano. Sentía que aquello se estaba haciendo costumbre del otro cada vez que se emocionaba.

Se detuvo a la par que el pelinegro lo hacía y se dio cuenta que era el pequeño río al que habían ido en la tarde.

—¿Por qué vinimos a este lugar?— preguntó curioso.

—Es mágico— sonrió el ojimarrón.

—Ajá, que buena broma, volvamos al campamento— soltó el agarre que aún mantenía con el contrario y comenzó a caminar de vuelta.

—¡Espera, de verdad, aguanta y verás!— llamó la atención del rubio.

Genos volteó a verlo y se cruzó de brazos, volviendo en sus pasos.

—Mira, no estoy- — calló al ver como el lugar comenzaba a iluminarse poco a poco.

Saitama se emocionó. Justo a tiempo.

—¿Ves? Te lo dije—

Pero Genos no respondió nada, embelesado por lo hermoso que se mostraba el lugar.

Era muy diferente a como estaba en el día, no podía creerlo, las luciérnagas de verdad le daban un toque casi mágico.

Saitama, sin embargo, no podía despegar su vista del rubio. Sus ojos, literal, estaban brillando más de lo normal, haciendo que no pudiera mirar a otro lado.

Por eso se lo había mostrado, pensó que le gustaría algo así y no había fallado.

—Saitama— volteó el rostro de repente, haciendo que el contrario diera un respingo al verse descubierto.—Gracias— sonrió.

El pelinegro se sorprendió, no porque le diera las gracias, sino porque aquella sonrisa era la más sincera y llena de felicidad que le había visto hacer en todo este tiempo.

—No fue nada— respondió bajito, con sus mejillas quemándole.

Genos rió por la cara que ponía este y se acercó a él, dándole un abrazo.

—De verdad, gracias—

Saitama seguía sin procesar nada, hasta que su cerebro hizo click y devolvió el abrazo con efusividad.

—Siempre, siempre, siempre, Genos— exclamó con felicidad, no pudiendo ocultar más sus orejas y cola.

Ojalá el don de parar el tiempo estuviera en sus manos, porque la escena que estaba protagonizando con el rubio era digna de eso.

Ojalá el don de parar el tiempo estuviera en sus manos, porque la escena que estaba protagonizando con el rubio era digna de eso

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Volvían de regreso al campamento. Era tarde, muy tarde y quizás se llevaran una reprimenda al llegar, pero a ninguno de los dos podía importarle menos.

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⏰ Last updated: Jan 18, 2022 ⏰

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Rechazando el Destino [Saigenos (?)]Where stories live. Discover now