Spin-off Mikoto Gaiden 2: Mejor amiga

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Ya habían pasado 2 años desde la primera vez que Kushina entro a la clase en la academia de Konoha. Desde entonces casi nadie recordaba el apodo de tomate, aunque aún había muchos que seguían temiendo al habanero sangriento.

Las clases del día habían terminado, así que Mikoto se acercó a Kushina.– ¿Te gustaría ir a comer Ramen? –Pregunto la niña de 9 años a su amiga.

– Lo siento, no puedo. –Le respondió la pelirroja.

– ¿Tu negándote a comer ramen? –La niña tenía un serio rostro de asustada y hasta dio unos pasos hacia atrás por él impacto.

– No como tanto ramen... –Argumento Kushina.

– Trece tazones, te comiste treces tazones. –Dijo la Uchiha.– No creo que alguna vez vea a alguien que supere ese récord. –Mikoto no lo sabía en el momento, pero ese comentario estaba muy equivocado.

– Eh... bueno, puede que tengas razón.

– ¡¿Puede?!¡La tengo! –Señalo la niña.– ¿Y por qué no puedes ir?

– Tengo que ir a visitar a un familiar.

– ¿Uno de tus parientes vino a la aldea? –Pregunto la pelinegra.

– No, ella siempre había vivido aquí. –Respondió Kushina.– Pero es la primera vez que voy a verla.

– ¿En serio? Eso es raro. –Dijo Mikoto.

− Bueno, es mas que nada una visita formal. Ya sebes cosas de mi clan. −Dijo Kushina.

− Que manera tan mas rara tiene tu clan de hacer las cosas. −Comento la pelinegra.– ¡Aun así que bien por ti!

– Si... ¿dejamos lo de comer ramen para otro mañana? –Pregunto Kushina y su amiga le asintió.

Kushina tomo sus cosas y salió de la academia directo a donde le habían ordenado que fuera. Mikoto solo la vio mientras hacía esto, hasta que simplemente la perdió de vista. Sin ningún otro plan para la tarde, la niña decidió volver a su casa. Camino hasta que llego al distrito comercial, abarrotado de gente por la hora. Sabiendo que tardaría mucho en pasar entre tanta gente, y no queriendo hacerlo para empezar, la niña dio la vuelta en un callejón. Ahí salto a un bote de basura, de ahí a una pared y después a un aire acondicionado que uso para finalmente llegar al techo de uno de los edificios. Mikoto comenzó a correr mientras saltaba de edificio en edificio hacia su casa.

Esto es definitivamente mejor que caminar por la calle. –Pensaba la niña.

Unos 5 minutos más tarde, Mikoto había entrado al complejo de su clan. La niña bajo y comenzó a caminar hacia su casa. Como era costumbre la gente la saludaba, no es que fuera alguien especial, era algo que se tenía por costumbre en el clan, saludar a todos los que entraran, principalmente porque se conocían entre sí. La niña llego a su casa y entro.

– Va volví. –Anuncio.

Deslizándose desde la cocina, salió su padre con un mandil rosa.– ¡Hola Miko! –La saludo.– ¿Cómo te fue?

– Bien, Unkai-sensei nos comenzó a enseñar cómo usar algunos jutsus básicos. –Dijo la pelinegra.

– Eso es excelente. Si necesitas ayuda no olvides en pedirla. –Le dijo antes de volver a la cocina. Mikoto siguió a su padre.

– ¿Que estas cocinando? –Pregunto la niña.

– Una receta de verduras cocidas que tu madre me enseño. –Dijo el hombre, su hija solo hizo un rostro de disgusto.– Sabes que son importantes.

Un diferente equipo 7 Segunda parte (Sasuke fem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora