AARON FOSTER
—¿Estás seguro de querer ir ahí? — Pregunta Nicola preocupado.
—¡Sólo llévame! Después puedes irte.
—Aaron, no puedo dejarte solo estando así de molesto. Puedes hacer una tontería, cómo lo que quieres ahora mismo.— Sé que se preocupa, pero no estoy para sus sermones.
—Basta, Nicola. Por favor. ¡Quiero respuestas! Es lo único que quiero.— Limpio agresivamente las lágrimas que salen sin querer. No quiero ser débil, no quiero que mi padre... o el que decía ser mi padre me vea así.
—Ya llegamos.— No espero ni a que se estacione y me bajo del auto.— ¡Espera, Aaron! ¡Aaron! — Se detiene de golpe y se baja corriendo a detenerme.— ¡¿Qué vas a decirle?! ¿Ya lo has pensado bien?
—¡Déjame en paz, Nicola! ¡Haz esto, haz lo otro, hazlo cómo yo quiero! ¡Estoy harto! ¡Déjame de una maldita vez tomar mis propias decisiones! ¡Quiero respuestas de ese hombre que está arriba y tú no estás dejándome obtenerlas! — Me mira incrédulo ante mis palabras. Yo estoy molesto, agitado y con ganas de seguirle gritando.
—Te dejaré solo. ¿Quieres respuestas estando así de molesto? ¿Quieres ir y hacerle un show a ese hombre que te educó? Bien, hazlo. Pero no me vuelvas a llamar hasta que no entiendas que enojado no vas a resolver nada.— Se da la vuelta y camina hasta su auto.
Por un momento, de verdad quiero ir tras él y disculparme por haberle gritado. Pero no puedo, necesito respuestas hoy mismo. Así que me doy la vuelta y entro al departamento dónde se está quedando mi pa... Stephen. Subo hasta su piso y no dudo dos veces en tocar muchas veces su timbre hasta que me abre.
—¿Aaron? ¿Qué estás haciendo aquí? — Lleva ropa gris de ejercicio y está confundido.
Quiero gritarle que me de respuestas pero las palabras de Nicola pasan por mi cabeza.
—¿Podemos hablar? — Susurro.
—Hijo, estoy algo ocupado. ¿Te parece si...?
—Ya sé lo de Morgan.— Digo con voz alta pero sin llegar a gritar. Se pone pálido enseguida.
—¿Qué es lo que sabes? — Esa es una buena jugada, sabe de lo que hablo pero por si acaso quiere corroborar que sabemos lo mismo.
—Papá.— Hasta las palabra que acaba de salir de mi boca se siente extraña.— Sé que Morgan es mi verdadero padre.
Su expresión llena de tristeza no sé si me rompe el alma o me llena de molestia su hipocresía. ¿Cómo debería sentirme?
—Pasa, sólo que...
Una voz femenina lo interrumpe.— Cariño, ¿quién es? — Entonces entiendo todo. Y entiendo porque ha tratado lo más posible de tapar la puerta con su cuerpo para que no se vea el interior de su departamento.
—Me iré mejor.— Susurro con las ganas en la garganta de gritarle.
—Hijo, por favor... Debemos hablar. ¿Quieres que le pida que se vaya? — Su voz suplicante y mis enormes ganas de obtener respuestas me hacen mantenerme aquí.
—No. Sólo quiero hablar en privado contigo, por favor.— Él asiente y me deja pasar. Ella me mira sorprendido enseguida que entro, me sonríe pero me mantengo serio. No es de mi agrado y no necesito demostrarle nada. Su departamento se siente tan vacío, esto no se siente cómo un hogar. ¿Por éste tipo de vida arruinó nuestra familia? Aunque supongo que cargar con el hijo de otro lo atormentó siempre y por eso hizo lo que hizo, aunque no lo justifico trato de entenderlo todo.
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Viviendo con mi ex 2 [PAUSA]
Teen FictionHabían pasado dieciocho años desde la última vez que vi o supe algo sobre Morgan. Cómo le pedí en la carta, dejó de buscarme y se lo agradecí pues seguí con mi vida junto a Stephen y formamos una familia con mi hijo, a quién llamé Aaron. Pero ahora...