~ S A N T I N O ~
Había llegado al hotel bastante tarde, pero debía meter mis cosas nuevamente en mi pequeña maleta, no tenía noticias de Sofía desde la tarde, su último mensaje fue que iría a comprar algo de comida, mi vuelo era tarde, llegaría tarde a casa pero estaría con ella es misma noche. Intenté llamarla pero estaba apagado nuevamente su celular, cosa que me hizo enojar aún más.
Decidí llamar a mi hermano, quería hablar con mi hijo. Luego de un rato, escuché la voz de Nicolás.
—Hermano...
—Santino... Dime que sabes algo de Sofía...
—¿Qué? ¿Qué pasó? —Me levanté de la cama, jamás había sentido mi corazón latir tan fuerte como en ese momento.
—Su madre me llamó hace un par de horas porque ella le envió un mensaje de texto diciéndole que se iría, que estaba harta de ti y que te dejaba.
<<¿Qué?>>
—¿Santino? —Preguntó mi hermano.
—¿Eso dijo? —Atiné a decir. El latido de mi corazón no me dejaba pensar con claridad.
—Santino, no es momento de desmoronarte. Ambos conocemos a Sofía, ella no sería capaz de algo así.
—No... Pero llevaba rara un par de días... —Le respondí.
—¿No te contó?
—¿De qué hablas Nicolás?
—Mierda Santino, eres un idiota por no darte cuenta de lo que lo que estaba pasando —Apreté mi celular, no era momento de jugar, quería hacerle daño a alguien—. Hace un par de meses su ex novio salió de prisión, no sé como pero parece que la encontró de alguna forma pero el día que apareció Lucianna a la casa, él estaba ahí con él.
—¿Me estás diciendo que Lucianna le ayudó a encontrarla? —Pregunté.
—Yo creo que sí, no tengo pruebas pero debemos movernos rápido.
—¿Crees que ese hombre le haya hecho daño?
—Ella misma me dijo que hablaría con el... Yo creo que algo pasó ahí, pero Sofía no te dejaría, ella no es así, ella no es de las personas que huye de esa forma.
Comencé a meter mis cosas en la maleta lo más rápido que pude, necesitaba tomar un vuelo a Roma ahora mismo, no me importaba pagar por uno privado, necesitaba estar en Italia lo más rápido que podía.
—¿Ya fuiste a la policía? —Interrogué.
—Sí, pero me dijeron que si tomo sus cosas seguramente huyó, que no pueden hacer nada más por nosotros, que pondrán una alerta pero nada más...
—Pues llama a alguien más... —No quería tener que hacerlo pero Kirkman tenía contactos un tanto turbios que nos podían ayudar—. Llama a Kirkman, yo estaré en Roma en un par de horas, no dejes que Bruno se enteré y si Lucianna aparece, retenla en casa, la mataré con mis manos si le hizo algo a Sofía.
—Santino...
—¡SANTINO UNA MIERDA! Sofía es inocente, si ella me quiere hacer daño, yo le haré mucho más daño... —Colgué el celular, debía tomar un taxi al aeropuerto. Hice un par de llamadas, pero sabía que debía llamar a Lucianna.
Luego de un rato de intentar, por fin me atendió.
—¿Qué quieres Santino? Estoy ocupada.
—¡Ocupada una mierda! Escúchame maldita. Si me entero que tuviste algo que ver con la desaparición de Sofía, no sabes cómo responderé.
—¿Desapareció?
—¡No te hagas la mosca muerta! Se lo que pasó el otro día, cuando te echó de casa...
—Yo no tengo nada que ver con nada Santino, no te atrevas a amenazarme.
—Sabes bien que yo no amenazo a nadie, yo advierto. ¿Recuerdas a los Capio?
—No me jodas Santino. Es la mafia.
—Pues la hija de la mafia es amiga de nuestro hijo, y si no quieres que cobre los favores que les hice, más te vale que Sofía aparezca esta misma noche, porque sabes que ellos no se andan con juegos
—¿En serio te jugarías el cuello por una cualquiera?
—¡BASTA LUCIANNA! Te estoy hablando en serio, ahora mismo me hierve la sangre, y no me hago responsable de lo que pueda hacer, así que escúchame atentamente... Si algo le llega a pasar a Sofía, Massimo Capio sabrá lo que hiciste, y sabes que aunque no esté en negocios sucio, por Sofía me pelearía contra el mismísimo diablo... Así que cuando yo llegué quiero noticias de ella... ¿CAPICCI?
—Si. —Solo la escuché decir. Para luego colgar el celular.
Jamás me había querido meter en los negocios de los Capio, pero luego de haberlos conocido por que Bruno era amigo de la hija menor de uno de los Capio, un hombre que a pesar ser un excelente abogado, era nieto de Don. Así que tenía muchísimo poder. Muchas veces me habían pedido autos de lujos para sus mujeres y siempre me había gustado el dinero, así que yo solo se los vendía, sabía que en algún momento podría cobrarme algún favor de eso. Levanté mi celular, estaba a 10 minutos de tomar un avión, así que preferí llamar a Massimo.
—Hermano, perdón la hora pero necesito un favor... Recuerdas que te hablé de Sofía Ronan.
—Por supuesto Santino, ¿Qué ha pasado?
—No sabemos nada desde la tarde, parece que huyó pero la conozco, hace unos días pasaron algunas cosas y estoy seguro de que alguien le hizo algo...
—¿Alguien?
—Lucianna y su ex...
—Desde que conozco a Lucianna sé que está loca, te lo dije hace años.
—Lo sé, pero ahora si realmente perdió la cabeza, necesito tu ayuda.
—Lo que sea.
—Necesito encontrar a Sofía y saber quiénes están detrás de todo esto
—Ya pongo a mi gente a trabajar... ¿Quieres que meta al Don?
—No, no lo hagas aún, no quiero problemas aún... Solo quiero recuperar a Sofía...
—Entonces moveré a mis contactos en la policía para que comiencen la búsqueda...
—¿Crees que el Don se entere?
—Si se te entera no te hagas problemas, mi abuelo no se mete en esas cosas hasta que sea necesario... Sabes que si nuestros hijos se casan, seremos familia y entre la familia nos cuidamos.
—No es momento de hablar de eso Massimo, ayúdame con eso por favor.
—Tranquilo, solo quería hacerte reír, parece que quieres matar a alguien.
—Por supuesto que quiero pero no me meteré en problemas.
—Déjame eso a mí... Te llamaré en un par de horas...
—Gracias
Sabía que los Capio era jugar con fuego. Pero esta situación lo ameritaba.
Sofía, por favor, no me dejes.
EME.