LXX-Cadenas rotas.

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Poniéndose de pie, el villano enfocó su mirada en los hermanos, de verdad esos dos son un dúo muy molesto. Quiso ir hacia ellos pero un extraño dolor lo hizo concentrarse en ello, mirando sus brazos casi carbonizados, ¿En qué momento...?
Su furia creció y soltando un grito bastante distorsionado regeneró sus extremidades, comenzando a correr hacia aquellos que se niegan a su obediencia.

Eva soltó un rugido de guerra comenzando a contestar la provocación del villano, acercándose de una manera amenazante, teniendo las grandes intenciones de arremeter contra el enemigo.
Tanto símbolo de la maldad y la mamodo se enfrentaron, la segunda lanzando un zarpazo que golpeó el cuerpo de su contrincante, tirandolo hacia un lado.

Kiyo observo a su hermana, sintiendo como la llama de su heroísmo y su fuerza son la potencia que a ambos los une, evitando que este desaparezca, ella no se lo permite.
¿Cuando creció aquella chiquilla que encontró entre unas bolsas de basura?, esa pequeña niña que vestía de sus ropas, comía poco y se mantenía oculta detrás de él...¿cuando fue que creció? Y miren...,ahora se encuentra peleando con todas sus fuerzas en la forma del libro rojo.

Corriendo hacia la pelea que se aleja, sintió su fuerza aumentar, su corazón acelerar y sobre todo, su voluntad volver, ver a Evangeline luchar con todo, hace que su mente comience a ser controlado nuevamente por él, su mundo, todo lo que aquello existe en la conexión vuelve a sus manos.
Corriendo hacia Eva silbó dos veces, haciendo que el dragón de dos pasos hacia atrás para proteger a su hermano haciendo una especie de rosca alrededor de el, mostrando sus fauces hacia All for One.

-Ustedes dos...¡¡¡No huirán de su destino!!! ¡¡YO SERÉ SU AMO Y SEÑOR!!

⬆️🎶⬆️
Los hermanos se miraron entre , pues ahora su motivación está más que encendida. Kiyo se posicionó para pelear, activando inconscientemente los poderes que se le fueron otorgados por aquel ser oscuro y enojado. Pero ahora...la oscuridad que había en dicho don, había desaparecido, dando paso a un color más característico de ambos.

El dorado.

Sonriendo emocionado, se observó las manos para luego observar a su "hermana", ésta en su forma dragón, da un pequeño asentimiento hacia él, dándole una mirada de orgullo por el logro que acaba de hacer.
Con sus fuerzas poco a poco renovadas, Evangeline es la primera en lanzarse hacia el villano, desbordando de ella pequeños destellos de su poder; AFO no puede perder, en su vocabulario no puede existir la palabra de "vencido por una adolescente". Su enojo hace que su cuerpo se deforme hasta tomar un tamaño considerable como para batallar cuerpo a cuerpo con la mamodo.

Ambos arremeten de frente, una enterrando sus garras en el contrario mientras que el otro la agarra de lugares vitales como del cuello y del abdomen, aquello le dificultaría bastante si no se libera ahora.
La abrumadora presencia del villano en ese momento vuelve a sus andanzas gracias a que tiene sujetado al dragón, aunque su grito de dolor se vuelve a escapar de su boca al sentir los dientes de la bestia enterrarse entre su cuello y hombro, sintiendo como poco a poco se adentran aun más en la zona.

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El castaño al ver la oportunidad, sus piernas comenzaron a moverse, iniciando su corrida hacia la cola de su hermana, la cual se había puesto en posición para que pudiese subir.
Sin perder más tiempo, subió a la cola, comenzando a escalar por el lomo de este; con cada que da, puede sentir como una cadena que lo mantenía unido al miedo y a la oscuridad... por fin se están rompiendo, por fin puede correr hacia la tranquilidad que tanto ha querido, por fin puede hacer algo por su hermana.

Por fin puede protegerla.

Cuando estuvo a la altura del cuello del dragón, dobló las piernas y se impulsó hacia arriba, viendo desde lo alto el rostro del hombre demostrar su enojo y dolor en una sola expresión, es ahora o nunca.
Cerró los ojos una vez más y haciendo dos choques de puños, sus brazos se cubrieron con una especie de barrera en forma de picos extremadamente puntiagudos.

-Oye, cabeza de cubeta!! -grita el castaño- ¡Te demostraré de qué estoy hecho!

Soltando un grito de guerra, Kiyo se dejó caer en dirección a All for One, silbando con fuerza para que Eva sacase su cabeza de allí.
Los dientes de esta se desenterraron de la carne viva y haciendo a un lado su rostro, su hermano clavó aquellos picos en los hombros del intruso, provocando que soltara un fuerte grito desgarrador.

-Fuera de mi mente, fuera de la mente de mi hermana... fuera... ¡¡De la vida de todos!!.

Por breves instantes, una silueta femenina se hizo presente detrás de él, apoyando sus manos en los hombros de este mientras que en un pequeño susurro provoca que el poder de Kiyo se haga más fuerte.
All for One parecía no rendirse, no quería abandonar el trabajo que ha hecho, no quería salir de ese mundo pero el poder del chico lo expulsaría, aunque si aguanta un poco más, podría aún dar batalla.

Aunque cayó en realidad cuando sintió las garras de la mamodo aferrarse a los lados de su torso, incrustandose sin piedad alguna a su deforme cuerpo, Eva estaba ayudando a su hermano...aunque a un lado de ella, una silueta masculina apoya su mano por las garras de esta, haciendo que crezcan de golpe.

Poniendo fin a la forma intrusa del villano.

En el Tártaro, la mente maestra de malvados actos a la sociedad despertó en gritos desgarradores, moviéndose entre sus ataduras, pues sentía su cuerpo arder por todo el dolor que había pasado en la mente del lector

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En el Tártaro, la mente maestra de malvados actos a la sociedad despertó en gritos desgarradores, moviéndose entre sus ataduras, pues sentía su cuerpo arder por todo el dolor que había pasado en la mente del lector.
Los guardias miraban por las cámaras extrañados pero al parecer algo lo había hecho quebrarse...mentalmente.

En las instalaciones nuevas de la academia, Mirko junto al director Nezu y las enfermeras tratan de despertar a los hermanos Takamine, los gritos del mayor los había asustado y luego ver como el cuerpo de la chica sufría golpes y cortadas ya los había hecho prender la alerta roja en sus sentidos.

Los desconectaron de aquella máquina neural y con cuidado los llevaron nuevamente a las cápsulas 01 y 02, debían hacerles un chequeo completo, estaban muy preocupados, una prueba de ello son sus corazones latiendo con fuerza.
Cada uno fue puesto sobre la superficie y las tapas fueron puestas, encendiendo las cápsulas para el análisis.

La sorpresa se hizo presente cuando vieron las imágenes infrarrojas, el poder del castaño había tomado un color nuevo. Un suspiro de calma salió del muchacho aún inconsciente y de su pecho poco a poco se hizo presente el dragón que había ingresado a él antes de que cayese en sueño profundo.
Mirko movió levemente las orejas y la nariz, su curiosidad se hizo presente viendo la forma reptil dorada quedarse sobre la cápsula 01 por unos segundos, observando fijamente al lector para después sobrevolar sobre la peliblanca, ingresando rápidamente al cuerpo de la femenina.

El análisis se completó y los hermanos despertaron de golpe, con la respiración agitada y con pequeñas gotas de sudor adornando sus frentes. La coneja sonrió en grande y dando fuertes empujones, los libero de aquellas tapaderas, permitiendo que ambos puedan tomar asiento en sus lugares.

-Kiyo-kun, Eva-chan. ¡¡¡Bienvenidos!!!.

Ambos observaron a la heroína para después enfocar sus miradas sobre los dos, viéndose en silencio, ¿lo habían logrado?. La sonrisa de Kiyo se hizo presente al igual que el de Eva, quien sin tiempo que perder bajó de la camilla para correr hacia su hermano, abrazándolo con fuerza.

-Lo lograste hermano... lo lograste!. -sonrie la chica- 

-No Eva..., lo logramos -sonrie correspondiendo el abrazo de su hermana- Ambos logramos vencerlo.

Abrazándose nuevamente, Kiyo observó hacia la heroína que los observa cruzada de brazos pero con una sonrisa, tal vez no entienda que demonios había pasado ni de lo que los dos se encuentran hablando pero al parecer, ha sido un logro muy grande para los dos.
La puerta se abrió de vuelta y el director se hizo presente, jugando con sus pequeñas patitas mientras que sus orejitas se mantienen gachas, por su culpa los alumnos habían pasado un muy mal rato.

-Joven Kiyo Takamine, Evangeline Takamine... -el director se inclina haciendo una reverencia- Quiero darles mi más grandes disculpas, en vez de buscar una solución para todo esto, hicimos que pasen un rato de horror... -su mirada se sucumbe a la culpa- Esto ha sido una muy mala idea...

-No lo fue, señor Nezu.

La afirmación del muchacho hizo que sus pequeñas orejitas se pongan en punta, aquello lo había sorprendido. Aún sin entender mucho, alzó la mirada hacia ellos y se acercó un poco, esperando satisfacer su duda por aquella respuesta del lector.
Aún abrazado a su hermana, Kiyo se acomodó y sonrió en dirección al pequeño ratón-oso.

-Para muchos, esto que sucedió se vería como una especie de experimentación o crueldad. Pero ustedes hicieron lo que debían, nos ayudaron. Al hacernos la última prueba, pudimos conectarnos al problema, nos encontramos con él y lo vencimos. Gracias a ustedes, nuestras cadenas están rotas, él ya no nos controla, así que lo que hizo... nos ayudó a ser libres.

El pequeño director los miró fijamente para luego cubrirse sus ojos con las patitas, no quería que lo vieran llorar o algo por el estilo, tuvo miedo de haberlos lastimado como a cierto hombre hace años atrás, mordiendolo y arañandolo, pero la situación es diferente.

Esos dos... aliviaron su corazón culposo.

 aliviaron su corazón culposo

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