VIII

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"¿De verdad quieres prender fuego a la noche? Eres mi única salida, ¿Realmente quieres cambiar tu vida otra vez? Sabes que eres mi última oportunidad. Puedes sentir mí, puedes sentir mí, ¿Puedes sentir mis lágrimas que no se secarán? Puedes sentir, ¿Puedes sentir mis lágrimas de la chica más solitaria?"

Nai Br.XX ft Celeina Ann-The Loneliest Girl (Carole & Tuesday)

...

Cuando llegaron al castillo y se colaron nerviosamente por los mismos escondrijos que habían utilizado para escapar, no pensaban encontrarse a sus padres en sus habitaciones.

Beltran —el Rey— sentado en el escritorio de estudio de la habitación de Bastean, lo observó con los ojos miel que le había heredado, con el ceño fruncido y negando lentamente con la cabeza. Agnes —la Reina y madre de Gadea—, se encontraba pulcramente sentada a los pies de la cama de la castaña, con los brazos enredados sobre su pecho y las piernas una encima de otra; la apariencia de la imponente mujer la amedrentó.

Gadea tragó el nudo que se formó de forma pesada en su garganta, sudó frío y se adentró a sus aposentos. La actitud calmada y frívola de su progenitora hizo que quisiera convertirse en un ovillo y ocultarse debajo de su cama como cuando apenas era una pequeña cachorra y le tenía miedo a los truenos en las tormentas de finales de primavera.

—¿Se puede saber en dónde estaban, tú y tu hermano? —le preguntó la altiva mujer, aun si cambiar su actitud y mucho menos su pose.

Gadea tragó, no sabía que responderle a su madre, seguía parada en el umbral de la puerta y no pensaba acercarse más a donde la Reina seguía pulcramente sentada.

—Salí con Bastean— tomó entre sus manos un pedazo de tela de su vestido, lo estrujó con nerviosismo—, solo queríamos dar una vuelta... Y-yo, últimamente me siento triste, p-por, lo de Dimitri. Bastean solamente quería subirme los ánimos, madre— le imploró a la Luna que su consanguínea se tragara la excusa que entre Bastean y ella habían improvisado de camino al castillo—. Si vas a culpar a alguien de este descontento que sea a mí—dijo firmemente, sin miedo a llevarse las represalias de los actos cometidos, ¿Por qué? Pues simple, ella tenía la culpa, la escapista fue ella y se llevó a cuestas al pobre Bastean, hay que reconocer que el Beta era un gobernado por su hermana menor.

—Claro que la culpable fuiste tú, siempre eres tú Gadea; nunca he esperado algo bueno de ti y aun así terminas de decepcionarme más— la Omega dejó de apresar la tela de su vestido. Ahora el nudo había crecido y los ojos le escocían por las ganas que tenía de llorar—. Está más que claro que no saldrás del castillo pasada la coronación de Bastean, después hablaremos de tu nuevo compromiso.

La mujer se levantó de la cama, sacudió su vestido; Gadea se hizo a un lado de la entrada de su habitación dejándole el paso libre a su progenitora. La mujer abrió la puerta y antes de salir la miró con ahínco, decepcionada de su hija menor, desde que se presentó como Omega lo único que recibía de su madre era desprecio disfrazado de pena.

Sin decir nada, la mujer salió de la habitación dejando a la Omega destrozada, pero sobre todo más decidida a largarse de un lugar donde se sentía rechazada.

La princesa se encaminó a su cama, dejándose caer y dejar unas cuantas lágrimas; habría tiempo después de llorar por no ser acogida con amor por su madre, pero ahora debía idear un plan para escapar y poder llevarse unas cuantas pertenencias, dinero y no dejar rastro de ella. Tan rápido como se dejó caer a la cama, de esa misma manera, decidida, se levantó.

The Real Enmity (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora