C7. En el infierno no hay héroes.

166 24 2
                                    


Me hundo en el interior de Mara y un gemido gutural escapa de su garganta cuando golpeo su punto sensible. Sus dedos se hunden en mi espalda y un gruñido escapa de mi garganta yendo más profundo dentro de su cuerpo una vez más.—Joder, te odio.—reclama y yo me echo a reír retrocediendo solo un poco para volver a entrar de una sola embestida.

—¿De verdad?—pregunto separando más sus extremidades en busca de más acceso. Ella gime en voz alta.

—De verdad.—asiente mordiéndose los labios.

—Los dos sabemos que eso no es verdad.—respondo en concentración.—Si ese fuese el caso entonces no me dejarías follarte. Y parece que lo disfrutas en verdad.

—Bueno, lo hago solo porque aunque seas un completo hijo de puta no podemos negar que eres un buen amante y eres caliente. Eso me puede sin duda alguna.—repone. Niego lentamente al tiempo que retrocedo para volver a entrar.

—¿Entonces si tanto me odias supongo que estarás de acuerdo que me puedo ir ahora mismo…?

—No te atreverías a dejarme así.—se burla.—Aunque quisieras.

—Soy comprensivo.—me defiendo atrayéndola hacia mi cuerpo hasta que los ojos de Mara se encuentran directamente con los míos. Todavía estoy en su interior pero una sonrisa petulante aparece en mis labios.

—Claro.

—Si me voy usarás el dildo ¿no?—sus ojos se abren con sorpresa al tiempo que llevo mi boca a sus pechos.—Lo vi cuando entré al baño. Ni siquiera tienes el suficiente pudor para guardarlo en la gaveta o algo así…

—El placer no es algo que se deba esconder realmente.—anuncia encogiéndose de hombros.—Es algo normal y además de mí nadie entra en mi baño y husmea en mis cosas. En esta casa existe la privacidad y de todos modos mis padres son lo suficientemente educados y llenos de pudor como para atreverse a entrar  y mirar un poco.

—Me gusta.—admito. Mara jadea.

—No creo poder aguantar demasiado.—confiesa y sus palabras surten efecto en mi cuerpo.

—¿Vas a correrte…?—cuestiono.

—Dios, sí.

—Preferiría demonio.—admito y ella se ríe mientras vuelvo a hundirme en su interior. El agarre de sus manos sobre los músculos de mi espalda se hace más fuerte.—Córrete para mí, preciosa.

Como si su cuerpo hubiese sido creado para obedecer mis órdenes, Mara lo hace. Sus brazos caen sobre la cama pero sus piernas todavía están rodeando mis caderas mientras mi polla sigue dentro suyo . De una última estocada obtengo mi propio placer y me desplomo sobre el cuerpo de Mara cuidando no aplastarla en el proceso. Ella se gira sobre  el colchón y me lanza una mirada perezosa mientras apoya sus manos en mi pecho. Comienza a moverse sobre mí de manera lenta pero precisa, entonces pequeños gemidos de placer escapan de sus labios.

—Oh.

—A que alguien está insaciable el día de hoy, ah…—susurro.

—Es tu culpa.—reclama.—Pasa que entre más tengo  de ti, más necesito.

—Entonces somos dos.—admito.

—No puedo creer que he estado follando con un extraño que conocí hace poco.—murmura sin dejar de moverse sobre mí.

—Sabes lo que dicen, si follan más de una vez automáticamente dejan de ser extraños.—respondo y ella se echa a reír.

—¿Quién demonios dice eso?—se burla.

—Pues yo.

(…)

Golpeo la puerta del departamento de Christopher. Espero pacientemente a que él atienda pero en su lugar una Skye que parece recién levantada me está mirando fijamente.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 20, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

ÁNGEL CAÍDO (Caídos #2)|Zabdiel De JesúsWhere stories live. Discover now