✯ ⋆ Capítulo 02┊ . 🪅 ˚

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-Vecino desgraciado, intruso, acosador, sinvergüenza, inhumano, bipolar, ermitaño, ah~ -gritó de rabia.

La garganta le ardía de gruñir una y otra vez desde el fondo de la garganta. No aguantaba más. Llevaba unos cuantos días soportando a ese hombre altanero mudarse. Desde el primero momento en que se vieron estaba escrito en el libro sagrado que ambos estaban destinados a tener una merecida guerra entre ambos pisos en ese edificio. Y TaeHyung aún le seguía preguntando a lo que sea todo poderoso que anduviera por allá arriba porque le tocó soportar ese tipo de tratos hacia su inocente persona.

-¿Por qué te tuviste que mudar a este edificio? ¿He? -inquirió en tono retador al permanente ruido de una taladradora en el piso superior, para luego seguir metiendo la mano en su paquete de chips y atender al programa de talentos que había en la tele.

Cuatro días. Hacía ya cuatro días en los que le seguía molestando toda la mudanza que tenía el nuevo inquilino de su edificio. Los trasteos de los muebles y cajas le tenían harto, el elevador ocupado, los gritos de los ayudantes y los constantes tira y afloja de las cajas en el piso superior estorbaban hasta el minuto de paz no existente en el piso de TaeHyung.

«¿Por qué?» Se preguntaba. Todo estaba perfecto hasta que llegó él con su inocente cara dura. No había habido una gota de paz, solo ruido y más ruido. Y para agregarle leña al fuego estaba redecorando su apartamento cuando esos edificios eran modernos.

«¿Qué más se le puede hacer? ¿Una piscina tal vez en medio de la sala?»

Pero él era Kim TaeHyung y había esperado con ansias esas vacaciones para que alguien se las viniera a joder. Apenas y era su cuarto día y no había disfrutado un instante de paz mental.

Si el molestaba, por supuesto que TaeHyung también lo haría y sabía perfectamente que era eso que tanto lo hacía ponerse verde.

Terminando los chips quitó la grasa de sus dedos sobrante en su chándal antes de levantarse del sofá y buscar en su habitación, en el gran mueble de libros y colección envidiosa de discos de vinilo algunos de los más viejos y que pertenecían a su madre. Discos que disfrutaba poner cada vez que le daba por venir a visitarlo a la ciudad y para nada disfrutables si no eran con ella. Tomó uno de los más antiguos y lo dejó al lado de su tocadiscos para sacarlo de su cubierta. Dejó caer la púa sobre el disco girando, asegurándose que el amplificador estuviese conectado y subió el volumen hasta lo que más pudiera soportar. Sí, a él no le afectaba para nada quedarse sin oídos mientras al de allá arriba comenzaban a marcársele las arrugas.

-Eres la flor~ de mi alma, mi dulce querer, te quiero tanto, pero tanto que me muero~.

¿Había dicho que se sabía las canciones de su mamá? No, no lo creo.

Tarareando la letra TaeHyung se dirigió hacia la cocina para preparar su almuerzo. Se acomodó el delantal antes de comenzar a buscar una receta en internet. Movió la cadera fichando la hora en la que había comenzado a andar la música y cuanto de aguante podría tener señor no me molestes.

Din Don~

El timbre sonó y el tinte socarrón en su cara daba satisfacción. Si venía ahora a reclamarle le debía un premio gordo por haber soportado cuatro canciones y media, y de paso ni abrirle la puerta. Limpió sus manos en el delantal antes de abrir la puerta apasionado con la música y estando supuestamente concentrado en su celular intentando decidirse porque receta de pollo al horno hacer.

-Na na na~ na na na na~ -murmuraba dando un par de leídas. El pollo vegano con vegetales parecía buena opción.

-¿Es que acaso no escuchaste que no subas tanto el volumen de la música? -TaeHyung apartó la vista del móvil solo para deleitarse con la primera arruga en su rostro: el surco de su frente.

𝐆𝐨𝐨𝐝 𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫𝐬? • [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora