Silas

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Hoy podría definirse como el mejor día de mi vida.

Cuando llegué al café no estabas y me sentí un poco triste, pero valió cada segundo de desespero porque cuando llegaste no te dirigiste a la mesa que ocupas siempre. Caminabas hacia mi.

Formé puños con las manos trasladando toda la tensión a ese lugar de mi cuerpo.

Cuando estabas demasiado peligrosamente cerca, tu perfume invadió mi olfato y fue maravilloso.

Pero lo mejor vino segundos después.

—¿Está ocupado?— preguntaste y escuchar tu voz, que me hablaras. A mi. Se sintió como ser alcanzado por una tormenta eléctrica.

No pude formular palabras pero me obligué a asentir.

La lluvia de mayo | ✔Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum