T E N

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Las cosas han cambiado desde que Lauren llegó a mi vida, nos hemos llevado de maravilla y eso que teníamos como un alrededor de 5 años sin vernos,sin embargo vivió conmigo durante esos últimos meses, por desgracia el paraíso donde vivíamos ya no era apto para nosotras ya que nos consumimos lo necesario, incluso el pueblo cercano estaba vacío y minado por zombies.

Fue Lauren la que me convenció de ir a un lugar más grande en busca de lo necesitado, así es, hablamos de una ciudad. Un ambiente muy peligroso y riesgoso, sin embargo tenía y tiene todo lo necesario, todo lo que buscamos estaba y está ahí, pero, lo malo de esto era el sinnúmero de zombies que habitaban en este.

Llevaba exactamente media hora conduciendo y el tanque del auto estaba medio lleno. ¿De dónde sacamos el auto? Lauren supo algo de mecánica gracias a su padre y por suerte en el garaje de la casa había un auto más pequeño careciente de un neumático, a Lauren no le importó, me dijo que buscará de un neumático y ahora estamos conduciendo ese mismo auto.

Llegamos a una gasolinera central en la ciudad muy dificultosamente porque en cualquier calle había un obstáculo, entonces debimos de entrar por los estrechos callejones para llegar milagrosamente hasta ahí.

Al otro lado del mundo....

— ¡Corre! ¡Apresurate! –gritó desesperada-. ¡o sino nos comen!

Los restos de bala caían al suelo a medida que disparaba, ellos se amontonaban, tenían un solo objetivo ciego y ese objetivo era comernos en cuestión de segundos. Mi amiga me gritaba y ciega por el impacto del disparo e inclusive la presión formulada no dejaba que mis movimientos por parte de mis pies cesaran, la distancia se acortaba cada vez más y por un momento sentí un fuerte halón, haciendo que corriera tras de ella por una vez por toda, gloriosamente salimos por la puerta principal de ese infernal hospital.

—Idiota. -volvióba exclamar exaltada-. eso estuvo cerca. -Me miró y yo la miré-. Debes dejar de jugar y tomar las cosas en serio. -Dijo ella mientras Caminábamos por la calle correspondiente hacia el hospital, nos alejábamos cada vez mas.—

— Vamos Camila.–Insistí en forma de queja. Ella rodeó sus ojos.- No siempre tiene que ser tan aburrido, relajate cariño.-Dije calmada, revisando de las municiones que aún tenía-.

—Huy si, Edwards, muy divertida tú.-Dijo exageradamente sarcástica. Puse mis ojos en blanco y ella apuntó hacia lo lejos.– ¿Por qué no ocultas la motocicleta? .–Preguntó-. Algún día de estos te la vendrán robando.

Llegamos a la motocicleta que estaba un poco lejos del hospital como a cuatro calles con exactitud, nos subimos al vehiculo e automaticamente  encendí el motor, haciéndola rugir como nunca sin importarme que llamase a los caminantes, pero sentí un golpe en mi cabeza y me quejé.

— ¡Auch! –gemí de dolor por su golpe– ¡Camila! .-exclamé teniendo su atención.-

—Se supone que no debemos de hacer ruido.-He aquí su voz de razonamiento-. si no queremos atraer, entonces no hagas ruido, estúpida.-Se quejó ella rodeando sus brazos por mi cintura-. Vamonos.-

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