37. Oportunidades sabor a sandía.

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La venganza es dulce y se sirve fría, al igual que el Martini de fresa.

-Rosita fresita- escucho la voz de Finn llamarme antes de plantar un beso en mi mejilla-. Te perdono que comas fresas de esa manera, al menos así no saben tan amargas.

Tomo la fresa que han puesto de decoración a la copa, y me la llevo a la boca para comerla.

Hemos venido al club que conocí después de mi episodio depresivo luego de dejar mi trabajo. De nuevo, los chicos consiguieron una reservación en la zona privada. Aunque ahora mismo estamos en la barra, no en los sillones.

Sé que debo dejar de sorprenderme de que consigan entrar a zonas exclusivas con tanta facilidad, pero aún me parece sorprendente cómo con sólo decir sus nombres, y a pesar de no ser una banda tan conocida, ya tienen muchos privilegios.

Los cuales no me molesta disfrutar de vez en cuando.

-¿Tú única personalidad es odiar las fresas? - Me giro a verlo alzo una ceja desafiante.

Asiente- Así como la tuya es darme la contaría en todo.

-Me conoces- digo en tono dulce, y le sonrío-. Que romántico.

Pongo mi mano libre en su hombro, y me acerco para dejar un beso corto en sus labios. Finn no tiene tiempo de corresponder a mi beso cuando me separo, pero aún así, Fideo hace de las suyas por mis hombros.

Ya es cómo mi mascota.

-Nunca creí que llegaría a ver esto- escucho la voz de Lily.

Pronto me doy cuenta de que se lo ha dicho a Scott. Quién está mirándonos con una sonrisa burlona.

-Les gusta presumir- exclama el chico.

Lo ha dicho lo suficientemente alto para que escuchemos, pero aún así, pretende estar dirigiéndose solamente a Lily.

-Si te gusto dímelo, no se tornará raro, Scott- dice Finn.

Siento cómo las yemas de sus dedos se posan sobre mi espalda baja, y me atrae hacia él, sin embargo, no es hasta que cedo, cuando puedo sentir que pone toda su mano, y sin temor.

-Ya baja el ego, Henmman- se burla-. Ocupa la boca para otra cosa.

-¡Bueno, ya! - Me quejo-. Si no es incómodo para ustedes, háblenlo cuando estén a solas. Es raro que hablen de mí cómo si no estuviera presente.

-¡Uhh! A solas- se burla Lily-. ¿No te da miedo que la tensión entre ambos explote?

-¡Pff! - Se adelanta a responder Finn-No podría importarle menos yo a ella- me señala.

-¿Qué pretendes decir? - Frunzo el ceño.

-Uy, problemas en el paraíso- dice Scott poniendo una mueca-. Me pagas algo si se pelean, si no, yo a ti- le dice a Lily.

-¡No estoy peleando y no van a apostar nada! - Los señalo de forma acusatoria-. Sólo quiero saber a qué se refiere, ¿por qué dices que no me importas?

Me giro a ver a Finn, y noto que, a pesar de intentar disimularlo al tomar de su bebida, lleva una ligera sonrisa en el rostro.

Suelta mi cintura, y alza su dedo índice frente a mí, para pedirme que espere. Cuando su rostro se pone serio de nuevo, se permite dejar de beber y gira su rostro para verme.

Ha tomado casi todo de golpe, estoy segura de que nos visitará pronto el Finn borracho.

-Corrígeme si me equivoco, Helga- se inclina un poco hacia mí para quedar a la misma altura- ¿Es que no me venderías por un dulce? - Se lleva una mano al pecho.

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