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Los sucesores del gran lobo nórdico, Fenrir, eran poderosos, fuertes y valientes, se decía que podían pelear contra todo un ejército y salir ilesos, podían sobrevivir a huracanes, avalanchas, ventiscas. Ellos no se resguard...
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Isaac
Estaba completamente oscuro, apenas podía mantener los ojos abiertos, mucho menos podía utilizar mi vista como beta para poder ver algo dentro del cuarto. No recuerdo a detalle lo que había antes de que me encerraran, lo único que si puedo mantener en mi mente, es el cuerpo de alguien, el cuerpo de quien estuve buscando por meses, el cuerpo de mi mejor amiga, de Erika.
Quisiera sacar esa horrible imagen de mi mente, aunque solo hubiera convivido con ella por unas cuantas semanas, fue la primera amistad verdadera que tuve en mucho tiempo y verla ahí, tirada como si no significara nada, no es una experiencia que quiera revivir otra vez.
Recuerdo la última conversación que tuvimos, cuando me estaba convenciendo de irme junto con Boyd y ella a algún otro lado, a buscar otra manada.
*Flashback*
— Vamos Isaac, ¿Por qué querrías quedarte aquí? Ya no nos queda nada, si nos vamos los 3 será más fácil encontrar otro Alfa — dijo Erika que estaba a mi lado comiendo una hamburguesa.
— No lo sé, siento que estamos huyendo, no quiero sentirme culpable por dejar a Derek — dije tomando una malteada de fresa, no sé como terminamos hablando de esto en un restaurante con pinta de los 80.
— ¿Sigues pensando en Derek? No le importamos Isaac, solo nos utilizó y manipuló para tener más poder, simplemente deberíamos largarnos de aquí, no le importamos a nadie —
— A mi me importas — respondí mirándola y ella sonrió
— Eso es lindo de tu parte, pero me refiero a alguien externo a nosotros 3 —
— Pienso en alguien a quien le importa todo el mundo — Scott, aunque quizá solamente le demos lástima.
— Bueno eso no importa, ya no cambiaré de opinión y estoy segura que Boyd tampoco, si nos quedamos aquí será cuestión de tiempo para que nos maten. ¿No quiero morir, entiendes? Hay muchas cosas que quiero vivir, que quiero experimentar, quiero viajar, quiero perderme en algún lugar del mundo, pronto cumpliré 16 y quiero sacar mi licencia de conducir y me gustaría que tu estes a mi lado en todos esos momentos — dijo jugando con el popote de su bebida.
Podía entenderla, yo también quiero hacer muchas cosas y se que las posibilidades de salir vivos de este pueblo son casi nulas, podremos ser seres sobrenaturales con ojos que cambian de color pero seguimos siendo adolescentes, aún somos humanos. Me tardé unos segundos en contestarle hasta que le dije:
— San Francisco—
— ¿Qué? — me vio confundida
— Cuando saques tu licencia de conducir, después de que yo te haya ayudado y que hayas chocado con 8 postes, tendrás que llevarme a San Francisco, siempre he querido ver con mis propios ojos el puente de Golden Gate.—
