Capítulo 9. 2002, El verdadero valor de las cosas.

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Corrían aquellos días en los que como de costumbre, parabas en la verdulería del pueblo, o de aquella calle donde se conocía todo el mundo, para comprar y ya que estabas allí, saludar a la familia que llevaba el negocio y charlar.
Al querido niño venido de Rumanía le encantaba parar en la verdulería después de un duro dia de escuela, mientras su madre charlaba, él se dedicaba a buscar caracoles en las hojas de lechuga que tenían expuesta en cajas en la entrada de la tienda.
¿Caracoles?
Sí, traían caracoles. Es más, sabías que los productos habían llegado del campo porque todavía traían caracoles en las hojas, ¿puede haber algo más natural? Algo impensable hoy día, que tenemos la costumbre de envolver las cosas en plástico, una lástima...

La parada obligada en la verdulería implicaba la compra de una bolsa de patatas de esas en las que te regalaban un "tazo" Que después en el parque te jugabas con tus amigos y amigas, y que más de un llanto se ha cobrado. Daba igual la colección, lo que querías en aquel momento era jugar, y qué feliz te hacia ganar o incluso encontrar un tazo, degradado de tanto jugar, o conseguir aquel personaje tan importante.

"El niño", vamos a llamarlo así al que hasta ahora ha sido y es el protagonista de estas pequeñas historias, conocía ya su rutina, la misma tal vez que la que la mayoría de las niñas y niños seguían por lo menos durante esa década. Ir al colegio, jugar en el parque tras las clases, atender a la llamada de mamá para subir a casa a comer, ver su serie favorita del medio día, volver a la escuela por la tarde, y jugar tras la salida de las clases en el parque hasta el anochecer, a no ser que tuviera que hacer los deberes.

*Te habrás dado cuenta que en algunos capítulos te introduces en la piel de El Niño y la historia transcurre de forma biográfica en primera persona. Así como los momentos más importantes de tu vida se quedan grabados en tu mente, los momentos más importantes de la vida de este niño quedan aquí grabados desde su mente*

Tras este breve inciso nos volvemos a introducir en su mente como hemos hecho en anteriores capítulos.

-¡Buenos días!- dijo la profesora.

-Un día más, hoy os leeré el libro por el punto donde lo dejamos la semana pasada-.

La profesora nos leía un capítulo a la semana del libro de Harry Potter y la cámara secreta. Tras terminar, la profesora me llamó.

-Tengo que hablar contigo un momento-.

¿Cómo gestionaría esta profesora la noticia que tenía que comunicar a un niño de 8 años?

-Me ha llamado tu madre para comunicar que tu abuela ha muerto, no podrá estar cuando salgas, te quedaras en el comedor de la escuela hoy-.

En ese momento una presión recorrió mi cuerpo, no entendía lo que estaba pasando pero sabia que no era algo bueno.

-Vale- dije con tranquilidad.

En realidad estaba tranquilo porque no entendía lo que era la muerte.

Era mi abuela, por parte de mi madre. A quien le daba  cabezazos cuando era más pequeño ¿Lo recuerdas en anteriores capítulos?
Quien me quería más que a su propia vida. Al decir verdad, le prestaba poca atención, tenía ocho años y, quizás por cosas de niños, prestaba más atención a otras cosas, tal vez porque durante un instante, puede parecer que te lo pasas mejor por ejemplo con un juguete.

¿Parece cruel?

Los días pasan, y continuó mi rutina. Una mañana en clase, me llaman.

-¿Puedes venir un momento? -

Me reclamó una voz femenina.

-Soy Laura, (psicopedagoga) , te he llamado porque a causa de esto que ha pasado en tu familia, talvez necesites ayuda-.

En realidad se dirigió a mi de una forma más infantil, ni siquiera me dijo que era psicopedagoga, pero he decidido indicar que lo era.

-Sí, estoy bien- dije de forma tímida.
No entendía por qué estaba ahí, ni a qué se refería, yo estaba bien, no sabía que las personas estaban mal cuando perdían a alguien, por lo que, yo seguía con mi vida, sabiendo que mi abuela ya no estaría más, sorprendido y talvez un poco asustado al ver a  la familia afectada, pero sin más, seguía a lo mío, con mi rutina y mi vida de niño.

Me explicó cosas que no entendía, y yo le respondía con lo que me parecía, sin pensar en si la respuesta era la adecuada. Es como si te preguntan si te gustan los cacahuetes, dices que sí, y resulta que no sabes lo que son los cacahuetes. En fin, no sé qué debió pensar Laura mientras hablaba conmigo, pero estoy seguro que notó que estaba ausente.
Debe resultar tan complicado entender la mente de un niño o niña cuando ocurren estas cosas, que tal vez no necesiten ayuda psicológica, sino que, lo que necesitan es lo que han perdido.

Un años raro, que deja al Niño sin algo que tal vez en un futuro añore.
Comienza aquí una lección de vida que no se sabe lo que durará, pero lo que esta claro es que, le enseñará el verdadero valor de las cosas.

Nos vemos en el próximo capítulo.

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⏰ Last updated: Jun 21, 2022 ⏰

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