Capítulo 4 1997, Cosa de dos

9 1 0
                                    

Después de aquel atisbo de memoria, que parecía haberme otorgado una gran capacidad para retener información sobre lo que ocurría a mi alrededor, mi mente no volvió a reaccionar como aquel día. De hecho, no lo volverá a hacer hasta pasado un tiempo.

Mi vida se ha normalizado después del gran cambio, después de mi llegada, como cuando adquieres un teléfono móvil último modelo, y pasados unos meses ya no lo consideras la novedad. Ahora, la novedad es que estoy compartiendo mi vida con mi hermano. Parece que estamos programados y programadas por naturaleza para comprender y aprender de estas situaciones.

Seríamos dos hermanos como otros cualquiera de no ser porque, yo, venido de Rumania, era moreno, ojos marrones muy oscuros y pelo negro. Sin embargo, mi hermano, de pelo blanco, ojos claritos y azulados y piel casi blanca que parecía venido del extranjero al no compartir ningún rasgo familiar cercano, ocasionaba confusión entre los vecinos y las vecinas.

- ¿El pequeño es adoptado verdad? - preguntaban.

- No, el grande es el que nos hemos traído de Rumania - contestaban mis padres.

Esa pregunta quería decir que estaba en la calle, donde se paraban los vecinos y vecinas para preguntar, caminando junto a mi madre y mi hermano. Y cuando sales a pasear con dos hijos y uno de ellos un bebé, necesitas un carro, y eso quería decir que mis paseos en carro irían terminando con el tiempo, ya que mi hermano también lo necesitaba, y más que yo, pues, él es más pequeño.

No tardé en acostumbrarme a que no todo es mío, a que él debía ser protegido y a que había dos aeropuertos donde despegaban cucharas a dos bocas diferentes. No tardé en comprender que ahora, la vida era cosa de dos.

LA MEJOR VERSIÓN DE MÍWhere stories live. Discover now