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Taehyung se despertó con la sensación de la luz del sol en su rostro. Era cálido para él, ciertamente algo que uno encontraría reconfortante, pero mientras se movía en la cama, estaba seguro de que algo andaba mal.

Mantuvo los ojos entrecerrados y sus movimientos reservados, aferrándose a la falsa esperanza de que Jungkook no se movía porque no quería despertarlo. Pero Taehyung sabía que ese no era el caso. Simplemente no quería aceptarlo.

Estirando un brazo tembloroso, Taehyung tomó la mano de Jungkook. Cerró los ojos y apretó la palma de su mano. Hacía frío. Su mano temblaba más fuerte con cada segundo que pasaba, como si el movimiento fuera a hacer que Jungkook se despertara.

La cara de Taehyung enterrada en el hueco de su cuello. Empujó el puente de su nariz contra la piel fría. Sus labios rozaron su clavícula en una búsqueda desesperada de esa calidez familiar. Ambas manos se habían entrelazado alrededor de la de Jungkook ahora, temblando sin pausa. No pudo encontrar su pulso.

La devastación cayó sobre Taehyung en ese instante. Era un sentimiento surrealista, uno que ni en un millón de años podría describir. Lo apretó, amenazando con aplastarlo desde adentro hacia afuera. El dolor se quemó en su alma, obstruyéndolo, dejándolo sin palabras hasta el punto en que ya no sabía qué eran las palabras.

Un sollozo salió de la garganta de Taehyung.

Intentó desesperadamente contenerse. Intentó con todas sus fuerzas mantener la compostura, pero sabía que estaba demasiado débil para tirar semejante farol. Una vez que el segundo sollozo lo hubo dejado, se sintió caer en espiral. No había forma de ocultarlo. Estaba deshecho.

Su cuerpo se estremecía con cada sollozo que le arrancaba, su cuerpo se encrespaba para acercarse más. Sostuvo su rostro contra el cuello del cadáver, justo debajo de la línea de la mandíbula, respirando todo lo que quedaba de Jungkook.

Tenía tantas cosas que quería hacer con él, tantas cosas que quería decir, pero todas esas cosas parecían haberse desvanecido una vez que finalmente llegó el momento. Taehyung quería gritar, pero no podía encontrar su voz. Ni siquiera una oración pudo superar su sufrimiento.

Se mantuvo contra Jungkook y se aferró a él con la poca fuerza que le quedaba. No se levantó para alertar a las enfermeras, ni a los médicos, ni a nadie en el hospital. Sabía que una vez que se enteraran, se lo quitarían.

Así que se quedó en su lugar, aferrándose a Jungkook, tomando su compañía por última vez antes de que nunca lo volviera a ver.

In Another Life - KTH & JJKWhere stories live. Discover now