Capítulo 23. Traición

0 0 0
                                    

Reviso sin parar todos los mensajes una y otra vez, de tal modo que casi me los aprendo de memoria hasta que me doy cuenta de que ya ha oscurecido el día, y opto por dejar todo y preparar la maleta, cuando recibo un mensaje de Jace.

Jace: «Kayllie, no podré ir hoy a tu apartamento, el equipo de fútbol ha organizado una fiesta para despedir la temporada».

¡Había olvidado por completo que esta noche nos íbamos a ver!

Kaylee: «No te preocupes, Jace, de todos modos, estoy muy ocupada y no habría podido quedar. ¿Mañana nos vemos antes de que me salga el avión?».

Jace: «No lo dudes. Te amo ».

Kaylee: «XX».

Guardo todos los papeles en una carpeta y me estiro en la cama tratando de conciliar el sueño sin mucho éxito. Mi cabeza no puede parar de dar vueltas... Es como si una nube se hubiera apoderado de mí. Entre lo de mi madre y ahora esto...

Suspiro.

Cojo el bote de pastillas que Estelle me recetó y me tomo una de ellas para calmarme y así conseguir dormirme. Cuando estoy a punto de conciliar el sueño, un batacazo me hace despertar de sopetón junto a un grito ahogado de Eilán. Me levanto a toda prisa y al entrar en el salón me lo encuentro dando pequeños brincos y cogiendo su pie.

—¿Qué haces? —indago, entreabriendo la boca y mirándolo anonadada.

—El meñique... Me he dado contra la silla... ¿¡Por qué estaba en medio!?

—¿En medio? —Me río sarcástica—. ¿Estás borracho?

—Quizás... Un poco...

Arqueo las cejas.

—Pero se supone que los del equipo de fútbol no podéis beber en las fiestas que organizáis, ¿no?

—¿Fiesta? ¿Equipo de futbol? ¿De qué hablas, Lee? —dice él, colocándose una bolsa de hielo en el pie.

Lo miro abriendo por completo los ojos.

—Creo que el alcohol te trastoca los recuerdos... —Sonrío sin creer si está de broma o de verdad está delirando—. Vienes de la fiesta de fin de temporada.

—¿Qué temporada, Lee? —Levanta sus manos sin entender nada—. No acaba hasta dentro de una semana. Y no, no vengo de ninguna fiesta con el equipo de fútbol.

—¿Entonces? ¿De dónde vienes?

Exhala y me mira.

—Ya pareces mi madre controlándome... Vengo de la fiesta de Alice que, por cierto, es una chica encantadora y no como todo el mundo supone que es... ¿Sabías que debajo de tanto maquillaje se esconde una joven como tú?

—Me alegra que te caiga bien... —Volteo mis ojos—. ¿Dónde está Jace? ¿Fue contigo?

Sonríe cómplice.

—¿Jace? No sé...

—¿Sabes dónde está, verdad, Eilán?

Ladea su cabeza y se toca el pelo.

—Digamos que, según rumores —aclara—, ha vuelto con su ex.

—¿Qué?

Él me mira y se pone serio.

—Hermanita... ¿Te sucede algo?

—No... No, no... Nada. —Lamo mi labio inferior, nerviosa—. ¿Desde cuándo?

—Llevan un tiempo tonteando y se les veía de lejos que empezaban a tener algo. Jace ha pasado la noche con Maya —confiesa, levantándose—. Hacen buena pareja. Supongo que no estabas enterada porque llevas un par de semanas un poco alejada de nosotros... ¿Segura que estás bien?

No le creo.

Jace está conmigo...

—Sí, Eilán, no te preocupes... —Sonrío de manera falsa ocultándome—. Iré a dormir... —Señalo mi habitación—. Estoy algo cansada...

—Descansa.

Hace un gesto con su cabeza y yo regreso a mi habitación, al coger el móvil y al abrir el chat de Jace, un mensaje de "número oculto", entra.

Número Oculto: «Empiezas a saber quién soy en realidad... No quiero hacerte daño, pero, Eilán está en lo correcto. Jace ahora mismo se encuentra cenando en un restaurante con Maya... -N».

Kaylee: «Me estás mintiendo... No es verdad».

Número Oculto: «¿No me crees? Podría decirte donde se encuentran, pero eso te haría mierda y aunque no confíes en mí, sabes que en el fondo lo único que trato de hacer es protegerte. -I».

Kaylee: «¿Protegerme? ¿De quién me quieres proteger?»

Número Oculto: «De ti misma. -S».

Y junto a este mensaje, me manda una foto donde se ve a Jace con una sonrisa agarrando la mano de Maya sobre la mesa.

Se ven enamorados, pero puede que sea todo un montaje, ¿no? Esto no puede ser cierto...

Me quedo parada en mis propios pies y me veo en la obligación de secar las palmas de mis manos en la chaqueta. Mi corazón palpita con demasiada rapidez y siento que voy a desmayarme.

Sé quién es.

Rescato el resto de papeles de las amenazas que me dieron y, tras ordenarlo con los mensajes de manera cronológica, obtengo lo que busco. Con las manos temblando, llamo a la decana O'Shullivan, la cual, no tarda en responder.

—¿Stone? ¿Qué haces llamándome a estas horas? —contesta con la voz pillada.

—Siento llamarte ahora, pero ¿puedo ir a verte?

—¿Es muy importante?—pregunta y yo asiento—. Vale, te mando la localización de mi apartamento. En veinte minutos nos vemos.

—Gracias.

Nada más colgar, me coloco el abrigo, cojo la carpeta y salgo del apartamento cerrando a toda prisa. Las calles están muy oscuras y la poca iluminación proviene de algunas farolas. Al llegar al edificio citado, llamo al timbre que me indicó y O'Shullivan me abre al momento.

Subo y me hace entrar.

—¿Qué sucede, Kaylee? —trata de averiguar, dándome paso y señalándome el sofá para que me siente.

—Antes de contarte nada, necesito que firmes esto. —Saco de la carpeta un documento de confidencialidad—. Es primordial.

—Sabes que no voy a contar nada, ¿no? Uno de los principios del psicólogo es mantener silencio —recuerda, cruzándose de brazos—. Es innecesario acudir a la cláusula.

—Por favor... —le ruego—. No puedes contar nada.

Suspira.

—Está bien. —Coge un bolígrafo y lo firma—. ¿Qué ocurre?

—Estoy en problemas y, pienso que tú puedes brindarme claridad en el asunto —asevero—. Necesito que me ayudes y encuentres a alguien por mí. En la existencia de nuestras vidas, hay una única coincidencia —susurro, repitiendo las palabras que una vez me dijeron— que nos une y, por un momento, nuestros corazones latirán como uno solo. Trigéminis. Necesito que halles a Catrina Demar, la chica que me ayudó a escapar.

Se lleva la mano al pecho como si acabase de atestarle una puñalada en el corazón y durante un tiempo parece perderse en su mundo, aunque enseguida vuelve a la realidad.

—¿Cómo...? ¿Quieres que investigue? —se le va apagando la voz a medida que ve la expresión en mi rostro.

—Sí —contesto con seguridad—. No es casualidad que yo esté aquí, tampoco lo es mi segundo secuestro. No me di cuenta de ello hasta ahora y, quien está tras esto, —Dejo la carpeta con todas las advertencias y amenazas—. también estuvo la noche en que me convertí en la llave o, al menos, eso creo.

Su entrecejo se arruga y su boca se abre en un suspiro.

—Necesito más información.

—Y te la daré, pero antes, debes analizar con detalle todos los informes que Estelle te envió. Puede que quien me amenaza, está entre los miembros de mi comunidad.

Kaylee; Entre Nosotros [TERMINADO] (COMPLETA)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora